Renatto Bautista
La importancia de enseñar filosofía en los colegios
Para formar peruanos con capacidad de análisis
En la Escuela Profesional de Ciencia Política de la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV), soy catedrático de los cursos de Filosofía General y Filosofía Política. Por consiguiente, he constatado que la mayoría de los alumnos que provienen de colegios estatales tienen vacíos respecto a los temas relacionados a los grandes referentes de la filosofía occidental, como Sócrates, Platón, Aristóteles, San Agustín de Hipona y Santo Tomás de Aquino.
En esta lógica, considero que es un inmenso daño que en el currículo de los colegios estatales hayan eliminado el curso de filosofía para juntarlo con los cursos de Historia del Perú, Historia Mundial y Geografía, en el mal llamado Ciencias Históricas Sociales o Historia, Geografía y Economía como sé que hacían por lo menos hasta el año 2017.
Siempre he considerado que las elites políticas desean que el pueblo peruano sea ignorante (sumado a que no tenga capacidad de análisis propio) para poderlo manipular a través de los medios de comunicación privados y así sutilmente tenerlo controlado y que respalde con su voto una determinada opción política. Si estos ciudadanos hubieran llevado por separado los cursos de filosofía y las historias del Perú y del mundo tendrían una capacidad propia de análisis y serían más difíciles de manipular por los poderes fácticos. Por eso, y con mucha razón, se afirma que un acto revolucionario es darle educación con calidad al pueblo para que ellos analicen y determinen lo mejor en el momento de sufragar. Indudablemente, leer los libros de los clásicos de la filosofía en la Antigua Grecia y la Edad Media te dará las herramientas académicas necesarias para ser libre en una sociedad donde se pretende imponer un pensamiento único.
Sinceramente, no tengo esperanza alguna de que el actual mandatario haga una verdadera reforma educativa, porque viene de la dirigencia sindical del magisterio que más bien solo “reivindica” nombramientos de los docentes por antigüedad, sin ningún mérito académico ni profesional alguno. Pero confío que en el futuro –ojalá no muy lejano– haya un Gobierno que le dé importancia a la educación de primaria y secundaria en los colegios públicos para que vuelva la sensata medida que se enseñe los cursos de filosofía, historia del Perú, historia mundial, economía y geografía por separado.
Lo que tampoco dudo es que habrá personas que dirán lo siguiente: “Esos cursos no importan porque mi hijo será ingeniero o médico”. ¡Craso error! Porque la filosofía tiene una enorme importancia, que radica en que representa la evolución de los valores y tradiciones de nuestra civilización, la occidental, que está representada en los conocimientos milenarios de tres enormes ciudades: Atenas, Roma y Jerusalén.
Quien desconoce la grandeza de su propia civilización está condenado a vivir siempre en la ignorancia, sumado a que jamás tendrá los conocimientos para defender y asumir como verdad los valores y tradiciones de nuestra civilización, que están respaldadas en el judeocristianismo. Guste o no guste, eso es la verdad.
A modo de conclusión, afirmo que la filosofía es el curso –sea en colegio, pregrado o posgrado– que nos da las herramientas académicas para no ser manipulado por nadie ni nada en este mundo. Como está escrito en los Santos Evangelios: “Solo la verdad nos hará libres”.
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