Tino Santander
¡La honestidad es la diferencia!
Corrupción en los gobiernos nacionalista y pepekausa
En enero del 2011, el entonces candidato Ollanta Humala dijo que “la diferencia esencial entre él y los otros doce candidatos es la honestidad… todos ellos han sido gobierno y no cumplieron sus promesas, traicionando al pueblo que los eligió”. Humala quería ser el Velasco del siglo XXI. Su delirante programa económico se basaba en los lugares comunes del estatismo populista, los que cambió por la confusa “hoja de ruta” en la segunda vuelta electoral del 2011, con la adhesión de Mario Vargas Llosa, Alejandro Toledo, la izquierda y el antifujimorismo militante.
La imagen del militar intelectualmente limitado y de lenguaje entrecortado fue atenuada por el asesor brasileño Luis Favre, vinculado al Partido de los Trabajadores que lideraba el ex presidente Lula. Humala cambió el chavismo autoritario por la versión light de la izquierda sudamericana, y sin saberlo convirtió al Perú en un satélite brasileño que le permitía a sus empresas hacer grandes negocios.
La captura de Jorge Acurio Titto —exgobernador nacionalista del Cusco—, acusado por la Fiscalía de recibir una coima de tres millones de dólares de Odebrecht (con la complicidad del empresario Fernando Salazar Delgado y del abogado Francisco Zaragoza) conmocionaron al pueblo cusqueño, que empieza a ver cómo se dilapidaron los 20,000 millones de soles que recibieron desde el 2003 por canon gasífero los gobernadores y alcaldes del Cusco. Acurio era uno de los principales dirigentes del nacionalismo e íntimo amigo de la ex primera dama Nadine Heredia y de Martín Belaunde Lossio.
La prensa cusqueña señala que también estarían implicados en este caso de corrupción el ex gobernador René Concha Lezama y Edwin Licona Licona, actual gobernador y presidente de la Asamblea de Gobernadores regionales; además favorito del gobierno pepekausa por su incondicional apoyo al renunciante ministro Martín Vizcarra y a la adenda sobre el aeropuerto de Chinchero, señalada por la contraloría como lesiva a los intereses nacionales.
Por otro lado, el juez brasileño Sergio Moro dijo, refiriéndose a las todavía incipientes investigaciones fuera de Brasil: “Me preocupa una excesiva vilificación de las empresas brasileñas... como si solo ellas hubiesen cometido pagos de coimas en esos contratos… que si los actores políticos latinoamericanos recibieron sobornos de las empresas brasileñas, probablemente recibieron también pagos de otros agentes. Así fue en Brasil... no fue un asunto aislado, sino una cosa serial… Focalizar eso en unas pocas empresas es esconder un problema mayor”*.
Edgar Zegarra, dirigente de los comerciantes informales dice: “La Honestidad de Humala y su partido ha resultado ser un fraude. Él ha recibido tres millones de dólares por el gaseoducto sur andino, por eso nosotros solo sentimos repudio por los políticos que mienten para llegar al poder”. Los dirigentes campesinos de La Convención y Lares, afirman que la recesión económica en Quillabamba —la provincia del gas— afecta a miles de jóvenes agricultores que no tienen otro camino que ser mochileros del narcotráfico, porque no hay política agraria que promueva el crédito y la asistencia técnica.
Mientras tanto, la clase política, al margen de la realidad, discute el indulto a Fujimori y se acusan mutuamente de corrupción, olvidándose de los verdaderos problemas nacionales. Sin embargo, para PPK no pasa nada, parece heredero político de la frivolidad del borbón Luis XVI, quien escribió el 14 de julio de 1789 en su diario "rien” (nada), refiriéndose a que no cazó nada). Ese mismo día el pueblo francés tomó la Bastilla y el rey término guillotinado.
* Gustavo Gorriti; “Satanizaciones” publicado por el País en https://idl-reporteros.pe/satanizaciones
Tino Santander Joo
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