Victor Robles Sosa
La debacle del villaranismo
Todo indica que el 5 de octubre la izquierda marxista sufrirá una derrota aplastante
En un intento desesperado por justificar una derrota que se vislumbra inminente y aplastante este 5 de octubre próximo, los promotores de la reelección de Susana Villarán han arreciado su campaña que pretende reducir la elección limeña al dilema de votar entre “decentes” y “corruptos”, entre quienes “roban pero hacen obra” y quienes “no roban”.
Semejante afirmación implica una supuesta “superioridad moral” de los villaranistas con respecto a las demás agrupaciones políticas que compiten en el proceso electoral, y conlleva una acusación implícita de presuntos corruptos contra los demás candidatos y contra quienes estén pensando votar por estos, lo cual resulta absurdo y ridículo.
Por citar solo un ejemplo, Fernán Altuve es un abogado exitoso que lleva años en la política sin que haya sido manchado por algún hecho de corrupción. Su condición de profesional reconocido y su trayectoria personal indican que no necesita un puesto público para ganarse la vida. De hecho el éxito profesional le ha permitido acumular una fortuna personal legítima.
Quienes se creen la “conciencia moral” del país deberían preguntarse ¿Quién podría ser más proclive a incurrir en corruptelas, aquel sin oficio conocido, ni fortuna, que vive solo de la política, o quien ingresa a la ésta después de haber alcanzado el éxito personal?
Los partidos políticos los conforman seres humanoss, pero quieren hacernos creer que en el de Villarán hay solo ángeles y querubines. Este cuento se acabó.. Hace rato que esa izquierda perdió la “pureza” en materia de corrupción. No solo es corrupto el que roba sino también el que, por interés político, se hace de la vista gorda ante la corrupción que involucra a sus amigos: Ecoteva, Alexis en Rusia, Andahuasi, indultos ia teroristas, etc. Además, Villarán enfrenta graves acusaciones de presunta corrupción en la Municipalidad y en la Caja Metropolitana, planteadas por la Contraloría General de la República.
Defiendo el derecho de la Alcaldesa y sus funcionarios a la presunción de inocencia, algo que ellos le niegan a Luis Castañeda. Pero también creo que esa presunción no los exime de rendir cuentas claras y de allanarse a toda investigación. En vez de hacerlo, se rasgan las vestiduras, se proclaman víctimas y se resisten a ser investigados ¿Por qué, ocultan algo?
Volviendo a la desesperación villaranista ante la derrota aplastante que se le viene, ahora han estrenado otro argumento delirante: Los peruanos son tolerantes con la corrupción, por eso NO votarán por Villarán en las elecciones. La soberbia y el fundamentalismo les impide ver la causa de su debacle en sus propios yerros, en su pésima gestión municipal.
Y digo debacle porque todo indica que Villarán obtendría una votación ínfima - a lo mucho 10%- lo cual sería un golpe letal para la alcaldesa, pero también para la izquierda marxista en general, que se quedaría sin un candidato con arraigo popular capaz de aglutinar al electorado izquierdista y su periferia en el 2016 Que la lección les sirva y por fin aprendan que la lucha por una sociedad justa nunca está reñida con la defensa de la democracia y de la economía de mercado, todo lo contrario.
Por Víctor Robles Sosa
(23 Set 2014)
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