La campaña anti asilo

La campaña contra el pedido de asilo del presidente Alan García al Gobierno uruguayo ha sido desvergonzada y desesperada. Los enemigos de García tuvieron que resucitar a Fernando Olivera, sacándolo del silencio sepulcral que ha guardado desde que empezó a discutirse sobre su participación en la coima de su jefe, Alejandro Toledo, hoy prófugo de la justicia. Fernando Olivera tiene que responder por la interoceánica sur. ¡Qué tal corona!

En el libreto de los odiadores de Alan García no podía faltar el ex presidente del Consejo de Ministros del gobierno de Ollanta Humala y Nadine Heredia, Pedro Cateriano, quien viajó hasta Uruguay para presentar su mamotreto promocionado por la editorial Planeta. Tanto Cateriano como Olivera deberían agradecerle a García que hoy tengan al menos un nombre dentro de la política peruana.

En este caso, llama mi atención la participación de la editorial Planeta, porque a sabiendas del pedido de asilo de Alan García, les pareció muy conveniente agitar el libro de Cateriano para darle tribuna en cuanto programa periodístico uruguayo, y con ese pretexto hacer su campañita anti asilo. Planeta tiene mucho qué explicar. No me sorprendería que Vargas Llosa haya tenido algo que ver en todo esto. ¿Es cierto que son parientes? Sería un odio genealógico.

De igual manera, la diplomacia nacional parece que ha estado alimentando las páginas de algunos periodistas del diario El Comercio, que salieron a decir que el líder aprista estaba tocando las puertas de otras embajadas. El propósito era claro, mostrar una desesperación, incluso una descortesía por parte de Alan García contra Uruguay, que ya había abierto las puertas de su embajada en nuestro país. Y la diplomacia nacional ha mentido descaradamente a Uruguay al decir que la Megacomisión de Sergio Tejada encontró desbalance patrimonial en Alan García.

Desde la prensa, la anti campaña mediática ha sido vergonzosa. Seguramente hay excepciones, pero al menos en Cuarto Poder dedicaban más de veinte minutos (o mucho más tiempo) a reportajes tirados de los cabellos. Cómo habrá sido la desesperación de José Graña que se han visto en la necesidad de revivir el fantasma de Zanatti y el tren eléctrico, y todas esas leyendas que inventaron Fujimori y Montesinos contra García (después de su primer gobierno) para anularlo políticamente. José Graña, otro con corona.

Los que están señalados como coimeros por Marcelo Odebrecht, Jorge Barata y otros directivos de la corrupta empresa brasileña, pretenden usar a Alan García para distraer la atención de la población, y alejarla de quienes sí se vendieron. Susana Villarán, PPK, Susana de la Puente, Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Nadine Heredia tienen corona.

Ahora, ¿pretenden acusar al ex presidente aprista por cada una de las obras ejecutadas durante su gobierno, como el Terminal del Callao? ¿Hacen lo mismo con otros ex presidentes? Si esa es la nueva estrategia, tendrán que hacer más de 150,000 juicios, uno por obra. ¿A tanto llega el odio del fiscal Gustavo Gorriti? Eso es persecución política y judicial.

Me preguntaron el otro día —para el programa de Phillip Butters, en Willax TV— qué pensaba de la crisis del partido aprista. Les dije —les digo, estimados lectores— que yo no hablo de crisis, jamás. Estas son pruebas, y estoy seguro de que saldremos fortalecidos de esta prueba, como lo hemos hecho en cerca de cien años de historia política.