Inicio de 2019 marcando la pauta autodestructiva

No quieres darte cuenta.  Has preferido creer la versión interesada de los medios hiperconcentrados.  Te encuentras en etapa de negación. ¿Cómo dices? ¿Que no es en verdad una crítica contra ti, sino que tal vez se trata de una autocrítica y soy yo quien niega la realidad? ¿Proyección psicológica? Podría ser.  Veamos algunos hechos.

El enorme plagio perpetrado por el fiscal Pérez Gómez está probado hasta la saciedad.  El delito académico perpetrado es de tal magnitud que puede detectarse casi por simple inspección, apenas “googlear” al azar cualquier párrafo de la tesis y el plagio emerge abundante y lapidario.  Primero lo negaste invocando que había usado el sistema APA. Cuando se acotó que los pies de página usados no siguen ni siquiera las pautas de APA y que además otros párrafos no tienen pie de página y que, en el colmo de los colmos, se detecta plagio en las conclusiones de la “investigación” (véase las comillas), la parte más personal y original que debe tener todo trabajo académico, entonces seguiste la “otra tendencia”, que consistía en decir: “Pero Chávarry también plagió”.  Ante la endeblez moral de tan jocoso contraargumento, finalmente sinceraste tu esencia: “Si hace bien su trabajo (léase, jode y canea a mis enemigos, no importando que no haya ni pruebas ni delito), el plagio no importa. Has acuñado una nueva frase: “Plagia como loco, pero no importa porque es mi héroe”.

Es seguro que el delincuente académico no será castigado como merece.  Pero sin duda alguna su almohada sufrirá los rigores de una sucia conciencia. Y tú, que apoyas a tu falso héroe, también.  Una vergüenza que entre quienes lo defienden encontremos a la Universidad Privada Santa María de Arequipa. Un baldón que llevará consigo ese centro de estudios por siempre.  Así estamos.

Hoy celebras porque —si no ha sucedido nada raro y claro que puede suceder porque 12 horas en el Perú de hoy pueden ser un siglo de acontecimientos— finalmente “logramos su caída” (eso dices tú, yo solo te cito y coloco comillas genéricas).  El fiscal de la Nación Pedro Chávarry habrá renunciado en el transcurso del martes 8, y por fin los poderes fácticos podrán tomar el control de la instancia y evitar la acción de la justicia que podía ponerlos en evidencia. Nunca en la historia de nuestro país ha habido una campaña de demolición personal tan cargada de falsedades y con tanta desesperación de quienes quieren lograr a toda costa impunidad.  Son los socios mayores de Odebrecht —quienes controlan más del 90% de los medios escritos, radio, TV e internet— los que han orquestado el infame cargamontón contra un funcionario que, en más de 30 años de ejercicio profesional, ha tenido un desempeño ejemplar.

El juez César San Martín aparece en un audio traficando claramente una decisión judicial a su favor; pero como él es de la “gentita”, no le pasa nada.  El fiscal Pedro Chávarry sí es un monstruo porque aparece en audios en los que no hay ningún indicio siquiera menor de inconducta. Pero los medios ocultaron convenientemente el delito de San Martín y machacaron todos los días, a toda hora, con esa avasalladora edición de imágenes, sonidos y música de fondo que logra grabar en tu cerebro lo que ellos quieran. Te pregunto a ti: ¿qué delito penal ha cometido Chávarry para ir preso? ¿Qué artículo del código penal ha violado? ¿Qué artículo de la Constitución ha contravenido para merecer cuatro acusaciones constitucionales? No hay respuesta posible.  No te engañes, ya no es posible ocultarlo. Has sucumbido a la infame propaganda goebbeliana de los medios hiperconcentrados.

Una más. ¿Sabes lo que es Lava Jato? No seas ingenuo.  Lava Jato no se trata de políticos recibiendo coimas. Esa es la parte marginal y menos importante del fenómeno.  Lava Jato nace en el 2002, y es el caso de un conglomerado de grandes empresas brasileñas, lideradas por Odebrecht, que, desde la vieja derecha mercantilista, hizo alianza con la izquierda sindicalista, encabezada por Lula Da Silva —viejo político que ganó la presidencia ese año en Brasil— para llevar adelante un proyecto en el que ambos lados ganarían: unos con el acceso a grandes proyectos de infraestructura en la región y otros con el proyecto político alternativo a la izquierda bruta de Chávez y Maduro. Una izquierda en Brasil que se proyectaba a toda la región, un proyecto social-fascista que mereció en su momento la admiración incondicional del mismísimo Vargas Llosa.

¿Ya ves cómo así nuestro escritor apoyó a Ollanta Humala, el más cercano izquierdista peruano a Lava-Jato? ¿Te das cuenta? Estas empresas incluso tenían una gran división organizacional “Operaciones estructuradas” (¡qué nombrecito!) para ordenadamente repartir dinero sucio.  Alquilaron sin remordimientos tanto las líneas editoriales de medios como las opiniones de muchos periodistas y comunicadores. Contrataron académicos de prestigio que falseaban informes positivos a sus proyectos. Se asociaban a los más importantes estudios de abogados que maximizaban el dinero por robar al erario nacional, ya sea en los mismos proyectos o en arbitrajes postizos, que terminaban elevando hasta en siete veces la estimación económica inicial.

También coimearon a funcionarios y políticos que, dentro de los sucesivos gobiernos —tanto central como regionales y municipales— estuvieran en el camino y facilitaran las cosas para sus funestos propósitos de lograr “sí o sí” la concesión de los grandes proyectos de infraestructura.  El dinero que lograban extraer a los ciudadanos era transferido a favor de ellos por gobiernos corruptos. Y a la vez, continuando su camino, se inoculaban los fondos necesarios en el circuito político del gran proyecto social-fascista del Foro de Sao Paulo y Lula Da Silva.

En el Perú, el socio mayor de Odebrecht fue y sigue siendo la empresa GyM, controlada y dirigida por los mismos propietarios de la gran hiperconcentración de medios: El Comercio, Gestión, Perú 21, El Trome, Canal N, América TV, etc.  ¿Acaso crees tú, por ventura, que estos medios tratan en forma imparcial y objetiva las noticias de hechos que podrían llevar presos a sus propietarios? Por su lado, un ubicuo Pedro Pablo Kuczynski —presidente electo en 2016— tuvo que renunciar a inicios del 2018 por estar implicado en la megacorrupción de Odebrecht ¿Ahora ya lo ves, mi querido pulpín, muchachito del ayer, al borde de la tercera edad, por qué PPK apoyó en su momento al disoluto Toledo, a la izquierdista Susana Villarán y luego se alió a Humala para enfrentar a Keiko? ¿Sigues sin darte cuenta? Sabes que gracias a tu héroe fiscal y sus amiguitos en el Ministerio Público los presuntos delitos de PPK, Toledo, Villarán, Townsend, Ollanta, Nadine, Mendoza, Graña Miró-Quesada y el club de la Construcción, etc., ¿todos van camino a la prescripción?

La lista es larga.  Quisiera que, en forma sincera, objetiva y reflexiva, trates de contestar cada una de las preguntas que emergen en estas líneas en forma implícita o explícita.  Todo un mundo nos separa por dos distintos senderos. Pero la realidad es más fuerte que la manipulación del mundo entero. Allá, al final del camino, espero que te des cuenta, varón, varona, señorita, señora, joven estudiante.  En medio del desgobierno de quien pretende una estructura política autoritaria, destruyendo el balance de poderes y la institucionalidad democrática para lograr la impunidad de sus patrocinadores, se va incubando la primera gran crisis económica del siglo XXI.  Esta crisis autodestructiva será fruto directo de la inacción de los gobiernos desde el 2011 y la destrucción de la frágil eficacia de nuestro aparato estatal ¿Te das cuenta o necesitas unos dibujitos?