Carlos Arnillas Denegri
Gallina que come huevo, aunque le quemen el pico
Sobre la popularidad de los fiscales Pérez y Vela
La crisis desatada en el Ministerio Público en vísperas de fin de año, por la no ratificación de los fiscales Vela Barba y Pérez en el caso Lava Jato, al parecer culminó con la renuncia de Pedro Chávarry y la designación como nueva fiscal de la Nación de Zoraida Ávalos. Como primera medida, Ávalos declaró en estado de emergencia al Ministerio Público y se comprometió a brindar apoyo a los equipos de fiscales de los casos Lava Jato y del crimen organizado del Callao.
Con ello, aparentemente se dio solución a la crisis presentada en el Ministerio Público. Sin embargo hay tres puntos que muchos han pasado por alto, pero que pronto van a requerir soluciones específicas. El primero es que el nombramiento de Zoraida Ávalos como fiscal de la Nación, ha sido por tres años, lo cual se contradice con la información propalada por los medios digitados por el IDL y Palacio de Gobierno, quienes precisan que la designación es transitoria; es decir, Interina. El segundo punto tiene que ver con las primeras declaraciones de la titular del Ministerio Público, en las que precisa que el Proyecto de Ley presentado por el Ejecutivo es a todas luces “inconstitucional”, y que debe ser el Congreso de la República el llamado a realizar cualquier modificación a dicha ley.
El último punto es algo que los medios no han tomado en consideración, pero que puede traer insospechadas consecuencias en el normal desenvolvimiento del Ministerio Público. Se trata del respeto a la jerarquía que debe de existir en toda organización, ya sea pública o privada. Aquí es importante resaltar que el fiscal provincial José Pérez, desde su designación como integrante del equipo fiscal del caso Lava jato, se encargó de despotricar en reiteradas oportunidades de Pedro Chavarri, ex fiscal de la Nación, en clara insubordinación a la máxima autoridad de su institución. Esta misma actitud fue posteriormente asumida por el fiscal superior Vela Barba, pese a que fue precisamente Pedro Chavarri quien lo designó en sus puestos, ante la inacción del ex titular del Ministerio Público, Pedro Sánchez. este último avaló hasta el final el oscuro proceder del fiscal superior Hamilton Castro, como responsable del equipo Lava Jato.
Y es que el trabajo desarrollado por estos dos fiscales insubordinados más parece político que técnico legal, articulando todas sus acciones al trabajo mediático digitado por el IDL de Gorriti, así como por los operadores de Palacio de Gobierno. Esto que suena novelesco, es la triste realidad, corroborada con la casi anulación de los adversarios políticos del actual régimen, gracias a acciones penales emprendidas por estos fiscales. Ellos más parecen mercenarios digitados por el IDL, así como por el prevaricador accionar del juez Richard Concepción Carhuancho, quien lejos de buscar la justicia, busca ajusticiar al encausado, jugando en forma irresponsable con la vida futura de las personas y sus familias que caen en sus manos.
Existe sobre el particular un antiguo dicho popular, que a la letra dice: “Gallina que come huevo aunque le quemen el pico”. No dudamos que de mantenerse en el cargo estos dos fiscales, así como este juez, en un futuro muy cercano ventilarán en los medios cualquier diferencia o controversia que tengan con sus superiores, aprovechando para tildarlos de corruptos. Este término es el preferidos por los medios que los vienen endiosando ante los ojos de la opinión pública.
Para evitar esta situación es menester de la fiscal de la Nación y su actual Junta de Fiscales Supremos disponer una rigurosa investigación para el fiscal superior Rafael Vela Barba y para el fiscal provincial José Domingo Pérez, por “insubordinación”, con el fin de salvaguardar el principio de autoridad en una institución tan importante como es el Ministerio Público.
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