Berit Knudsen
Estrategias de defensa en Estados Unidos
Frente a la necesidad de adaptarse a un entorno global en constante cambio
La estrategia de defensa de Estados Unidos ha evolucionado y expandido sus objetivos por décadas. Inicialmente enfocadas en contener el comunismo y la protección militar durante la Guerra Fría, incorporaron progresivamente nuevas amenazas, por cambios en las administraciones, el entorno global y nuevas vulnerabilidades. Pero esta expansión lleva a la dispersión, dificultando el enfoque en amenazas urgentes.
Durante la Guerra Fría, la estrategia de defensa estadounidense se enfocó en contener el comunismo. La Doctrina Truman y la OTAN fueron respuestas directas a la amenaza soviética, acumulando armas nucleares bajo la doctrina de "destrucción mutua asegurada" (MAD). Esta estrategia se mantuvo durante décadas, adaptándose a realidades como la Crisis de los Misiles en Cuba en 1962 y la guerra de Vietnam, desafíos directos a la seguridad global y regional.
Temas como la seguridad energética se incorporaron a la agenda con la crisis del petróleo de 1973, reflejando la vulnerabilidad norteamericana a las fluctuaciones del mercado global. El terrorismo fue reconocido como amenaza creciente, sin importancia central.
El fin de la Guerra Fría y disolución de la Unión Soviética en 1991 desplazaron las estrategias de defensa hacia amenazas no convencionales y transnacionales. La intervención en conflictos regionales como las Balcanes y Guerra del Golfo; proliferación nuclear, terrorismo internacional y narcotráfico fueron catalogados como amenazas directas a la seguridad.
Los ataques del 11 de septiembre de 2001 redefinieron la seguridad nacional, expandiéndo la "Guerra contra el Terrorismo". La invasión de Afganistán e Irak, creando el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), responde a esta realidad; así como la competencia tecnológica con el ascenso de China y el resurgimiento de Rusia.
En 2010, la prioridad fue la ciberseguridad con ataques cibernéticos; pero las amenazas por potenciales crisis humanitarias suma al cambio climático a la lista. La pandemia de COVID-19 de 2020 muestra vulnerabilidad en la salud pública y las cadenas de suministro global.
La expansión en temas de seguridad muestra la necesidad de desarrollar estrategias de defensa priorizando la urgencia temporal. La máxima prioridad deberia estar representada por amenazas inmediatas como el terrorismo internacional, ciberseguridad y cadenas de suministro, abordándolas con medidas proactivas y capacidades de respuesta rápida. Los desafíos a mediano plazo, como la competencia con China y Rusia, requieren respuestas defensivas y proactivas, enfocadas en la disuasión y protección de tecnologías críticas. Mientras los problemas a largo plazo, como el cambio climático y transición energética, pueden manejarse mediante cooperación internacional e inversiones en tecnologías limpias, mitigando su impacto.
Priorizar las amenazas según su urgencia temporal, permite clasificarlas según la necesidad de respuesta. La proliferación de armas de destrucción masiva y surgimiento de nuevas tecnologías críticas, requieren respuestas proactivas abordadas por la diplomacia, cooperación internacional, y regulaciones para prevenir su desarrollo y expansión. Las amenazas que demandan respuestas defensivas, como el terrorismo y la ciberseguridad, requieren enfoques que incluyen protección de infraestructura crítica, fortalecer la inteligencia y capacidad de respuesta rápida, mitigando daños inmediatos.
La evolución de la estrategia de defensa de Estados Unidos refleja la necesidad de adaptarse a un entorno global en constante cambio, destacando peligros para mantener un enfoque claro en amenazas críticas. La expansión en temas de seguridad nacional, aunque necesaria, lleva a una dispersión de recursos que podría comprometer la capacidad de respuesta. Una estrategia de defensa centrada en prioridades, basada en la urgencia y necesidad de respuestas proactivas o defensivas, optimiza los esfuerzos de seguridad nacional, permitiendo mayor flexibilidad, adaptándose a desafíos futuros y garantizando efectividad defensiva.
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