Dante Bobadilla

Estatismo consumado

Estatismo consumado
Dante Bobadilla
12 de mayo del 2016

El Congreso acaba de confiscar 4.5% de los fondos de jubilación

Muchas cosas que ocurren en este país me resultan incomprensibles. Por ejemplo, el Congreso acaba de confiscar el 4.5% de los fondos de jubilación depositados en las AFP para dárselo generosamente a EsSalud y nadie ha dicho nada. Parece que el robo, cuando lo perpetra el Estado, es completamente normal y aceptable. ¿Con qué derecho los congresistas deciden sobre los ahorros de los ciudadanos? Es impresionante la arrogancia y facilidad con que estos políticos se atribuyen derechos sobre el dinero ajeno, así como la sumisión con que los afectados y la clase opinante en general aceptan esta prepotencia. Nadie se indigna.

La única que ha manifestado su disconformidad con la medida ha sido la presidenta de EsSalud, Virginia Baffigo, quien se quejó porque le han dado puro hueso. Es decir, le han cargado una gran cantidad de viejitos que demandarán muchas atenciones de salud a cambio de una minucia de dinero. Mal negocio para EsSalud. Pero esto es algo que tampoco les importa a los políticos, pues están acostumbrados. Tienen cuarenta años metiendo gente en la seguridad social sin medir las consecuencias. Hoy EsSalud está más repleto que bus del Metropolitano en hora punta. Y eso es otra cosa que no entiendo de este país: ¿por qué el Estado se ha apropiado de EsSalud si es una entidad que se sostiene con dineros privados, producto del descuento que le hacen a los trabajadores? ¿Cuándo convocaron a los trabajadores para votar a favor de una administración estatal de EsSalud? ¿Y por qué esta situación irregular no le interesa a nadie? Ah, es que se trata del santo padre Estado.

Todo esto es fruto del estatismo con el que está impregnada la mentalidad del peruano promedio, y que va asociado con un sentimiento antiempresa privada, todo lo cual constituye el fundamento de nuestro subdesarrollo. De hecho, esta mentalidad es la que ha motivado todas las reformas del Sistema Privado de Pensiones. La anterior reforma estuvo orientada a reducirles las comisiones a las AFP. Ahora se trata de quitarles el dinero de los fondos a las AFP, con el pretexto de que el ciudadano es sabio para decidir sobre su fondo, pero estúpido para determinar con qué compañía de seguro de salud se quiere atender. ¿No es curioso? Han dicho que la liberación de los fondos de pensiones dará paso a la activación del libre mercado financiero y aparecerán nuevas modalidades que harán más dinámico el mercado en favor de los jubilados. Pero parece que no piensan igual en cuanto al mercado de seguros de salud. Estas contradicciones evidencian que el interés no es el ciudadano y su libre voluntad, sino perjudicar a las AFP por ser privadas y favorecer al Estado que tiene capturado a EsSalud.

De hecho no les importan los ciudadanos que siguen sometidos a la esclavitud de la ONP, el sistema previsional del Estado, que no pueden salir de ese vil sistema antes de aportar veinte años, porque se irían con las manos vacías. Tampoco les importan los ciudadanos que padecen el mal servicio de EsSalud. Lo único que les preocupa es que no privaticen EsSalud, y hasta se oponen a la tercerización de sus servicios porque simplemente les irrita la intromisión de las clínicas privadas. No les interesa la satisfacción de los pacientes, sino combatir a la empresa privada en todos los frentes. Todo lo que les preocupa a los políticos es fiscalizar de cerca a las empresas privadas, pero son ciegos y negligentes para fiscalizar a los servicios del Estado.

Lo que este país necesita para escapar del subdesarrollo es un cambio radical de mentalidad. La causa del subdesarrollo no es solo un determinado sistema político o económico, sino la mentalidad que lo sostiene. Detrás de cada ley están determinadas formas de pensar colectivas y mayoritarias. Los países que surgen del subdesarrollo se caracterizan por otorgarle mayor predominancia al accionar de los ciudadanos, defendiendo sus derechos, libertades, propiedades y emprendimientos, y limitando la intromisión del Estado. En cambio la mentalidad subdesarrollada tiende a sospechar del individuo, envidiar su progreso y pedir la intervención del Estado para que regule a los emprendedores y distribuya lo que otros producen. Prefieren que el Estado lo haga todo, aunque lo haga mal, solo para que otros no se enriquezcan. Como consecuencia, todos permanecen en el subdesarrollo.

Dante Bobadilla

 
Dante Bobadilla
12 de mayo del 2016

COMENTARIOS