Herberth Cuba

Escuela Nacional de Salud Pública: frustración Humalista

Escuela Nacional de Salud Pública: frustración Humalista
Herberth Cuba
23 de diciembre del 2016

Sobre la creación de la universidad durante la gestión nacionalista

Desde diciembre de 2013, en que se promulgó el Decreto Legislativo 1161, como parte del paquete legislativo de la reforma de salud humalista que reactivó la Escuela Nacional de Salud Pública (Ensap), se debate sobre la pertinencia o no, de contar con ese tipo de universidad en nuestro país. Sin cumplir la ley hasta hoy.

En la promulgación de esta norma hay atenuantes adicionales a la mala costumbre peruana de incumplir la ley. Uno de ellos es que no se dio una norma especial para su creación. Las universidades se crean por ley, y ésta se hizo a través de la cuarta Disposición Complementaria Final del Decreto Legislativo 1161, cuya materia legislativa es la organización y funciones del Ministerio de Salud (Minsa) y no la creación de una universidad. Es decir, se produjo un  abuso de la facultades delegadas por el Congreso de la República y una violación de la Técnica Legislativa, que trajo como consecuencia la creación de la Ensap, bajo el artilugio de la reactivación.

La Escuela Nacional de Salud Pública de nuestro país que llevó el nombre de nuestro gran salubrista Mario León Ugarte, fue desactivada el 2001, por el gobierno de transición de Valentín Paniagua. La Ensap era una universidad, otorgaba títulos de maestría y doctorado a nombre de la nación. El argumento principal para su desactivación fue si correspondía al Minsa o no, regentar y administrar un centro superior de estudios. Las universidades privadas empezaron a realizar convenios con el Minsa para las capacitaciones que el ministerio requería, y poco a poco, la Escuela Nacional de Salud Pública perdió popularidad hasta que se desactivó.

Desde entonces el debate en torno a la Ensap es reiterativo. Hay sectores que señalan que existe un divorcio entre las universidades y las necesidades del Minsa y que la escuela podría resolver el problema de crear el perfil y las competencias profesionales de los propios servidores del Minsa. Otros por el contrario, señalan que esa tarea es labor de las universidades ya existentes y que la creación de un centro de estudios superiores dentro del Minsa distorsionaría su misión y además lo haría mal.

En ese contexto, el Decreto Legislativo 1161 a través de una disposición transitoria final creo una universidad, cuyo tenor es el siguiente “Reactívese la Escuela de Salud Pública del Perú, que en adelante se denominará Escuela Nacional de Salud Pública, y es responsable de proponer y generar políticas en materia de recursos humanos en salud y goza de autonomía académica, económica y administrativa, de conformidad con lo previsto en el artículo 99 de la ley 23733, Ley Universitaria…”. Es decir, una descripción muy general que no señala la tarea educativa, sino que pretende generar y proponer políticas, sin estructura organizacional y menos aún, misión educativa.

Además, se sumó otro debate a esta creación universitaria. Un primer grupo de funcionarios prefería que tenga una administración directa del propio Minsa, otro deseaba tercerizar la gestión y un tercer grupo quería realizar una Asociación Público Privada. El debate fue arduo y tenaz. Y todo quedó en nada. Fue una frustración humalista más.

Han transcurrido tres años desde que se dio la norma de creación de la Ensap y no se ha activado nada. Parece un tópico olvidado. Sin embargo, ahora que hay nuevo gobierno es necesario repensar el tema en su conjunto. Primero debatir la pertinencia o no de la Escuela Nacional de Salud Pública. Luego legislar en modo adecuado, para precisar el perfil del egresado, las competencias profesionales, las necesidades prioritarias de la política nacional de salud, de los programas, estrategias sanitarias y proyectos de acuerdo a las necesidades en los tres niveles de gobierno.

El Minsa deberá salir del entrampamiento ideológico en que se encuentra y tomar una ruta en administración y gestión de la Escuela Nacional de Salud Pública. Los funcionarios deberán alinear sus propuestas en función a las mayores bondades que ofrecen los diversos modelos de gestión. Como sabemos se ha aprobado retribuir con una bonificación económica a los profesionales de salud que laboran en las funciones esenciales de salud pública. Es natural premiar a los profesionales dedicados a la salud pública, no sólo con mayores ingresos económicos, sino con más y mejores competencias profesionales, para fortalecer la capacidad de respuesta del Estado ante las necesidades de salud de la población. Este sería el gran reto de la Escuela Nacional de Salud Pública.

 

Herberth Cuba García

Herberth Cuba
23 de diciembre del 2016

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