Alan Rodriguez
Equidad e igualdad: la lucha del verdadero feminismo
Necesitamos acortar la brecha entre varones y mujeres
La sociedad peruana ha cambiado mucho en los últimos 50 años debido a los avances tecnológicos que nos han permitido mejorar nuestras condiciones de vida. Y a la vez, unir a muchas personas, sobre todo para luchar por construir una mejor comunidad. Existen temas sobre los que todavía al país le cuesta conversar o consensuar, porque la gran mayoría no escuchamos ni respetamos la diversidad de opiniones. Y en ello se nota la influencia del machismo.
Si revisamos datos estadísticos del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), los casos de tentativa de feminicidios crecieron en 11% del año 2018 (166 casos) al 2019 (149). Lo más preocupante son los datos de este año: hasta febrero del 2020 se reportan 120 casos, ello significa un aumento del 76% en comparación con febrero 2019. Como hemos observado, el feminicidio va en aumento, a pesar de que el Estado está desarrollando políticas públicas en protección a la mujer, lo que nos dice que es insuficiente. Esto nos debe llevar a la reflexión sobre el trato entre varones y mujeres, preguntarnos si verdaderamente respetamos los derechos humanos y si impulsamos la igualdad de oportunidades.
La inequidad entre varones y mujeres está presente en diversos aspectos. Por ejemplo, el salarial: el varón realiza la misma función que la mujer, pero en la gran mayoría de casos recibe un salario más alto. Y hasta en algunos casos trabajando menos horas. Según Ruy Alonso Rebolledo, del diario El Economista, esta brecha salarial se solucionará en unos 174 años si se mantienen las tendencias actuales. En referencia a la fuerza laboral, un estudio del Foro Económico Mundial encontró que solo el 18% de los varones no se encuentran acoplados al mercado laboral. En contraste, el 44% de las mujeres se encuentra en esta situación. Por otro lado, los varones tienen una jornada laboral promedio de 7 horas y 47 minutos, con una hora y media no remunerada. En el caso de las mujeres, tienen días laborales promedio de 8 horas y 39 minutos promedio, con 4 horas 47 minutos no remunerados. Estos datos presentados son a nivel de América Latina, y el FEM señala que tardaríamos 61 años para lograr la equidad laboral.
Para contrarrestar lo mencionado, debemos conocer dos palabras claves que nos ayudarán en esta lucha. La primera es “equidad”, término que a algunos incomoda, pero que es necesario tener claro. María Gonzales, en su libro ¿Qué tan diferentes?, la define como “principio de justicia y equilibrio social, que busca la igualdad de oportunidad entre hombres y mujeres, para que participen en todos los ámbitos de la vida en igualdad de condiciones”.
En segundo lugar tenemos a “feminismo”, que muchos odian sin saber qué significa. La RAE la define así “principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre” o “Movimiento que lucha por la realización efectiva en todos los órdenes de la igualdad entre hombres y mujeres”. En palabras más simples, el “feminismo” busca la equidad entre géneros, que no exista diferencias en el ámbito laboral, económico, social y en las oportunidades.
Existe un factor que hace que se den estas diferencias, y es el concepto que se tiene de “género”, que se ha ido construyendo por influencia de la familia y la sociedad en general, atribuyendo roles obligatorios a los hombres y mujeres, asumiendo funciones que fortalecen el machismo y la desigualdad.
Necesitamos acortar la brecha entre varones y mujeres, romper con los estereotipos que dañan y restringen el libre desenvolvimiento o pensamiento de las personas, y compartir roles sin la necesidad de etiquetas. Conocer y compartir con otros lo antes mencionado, ayudaría a reducir los índices de violencia en el país. Esto debe ir acompañado de una política pública de salud mental, que es tan necesaria para construir una sociedad libre de fobias, en la que nadie viva detrás de una máscara.
Ten presente que el feminismo no pretende “tirarse abajo el patriarcado”. El verdadero feminismo es aquel que utiliza la educación para lograr el respeto entre ciudadanos; y entender que juntos, como comunidad, podemos lograr el bien común.
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