Entendiendo y asumiendo la diversidad

En muchas ocasiones el ente rector en materia educativa intenta recordarnos que somos un país diverso y que, por lo tanto, debemos tener la capacidad de responder a esa diversidad en el marco de la tolerancia, entendida como el reconocimiento —en lo diverso— de nuestra propia naturaleza humana. No obstante ese “pensamiento”, si miramos a lo que acontece en el país, resulta aplicable para cuestiones, temas o materias si y solo si coincide con orientaciones ideológicas aceptables para ciertas convicciones. 

Ocurre que, a pesar de constituir una verdad repetida —el hecho de caracterizar a nuestro país como distinto en lo geográfico, ecológico y cultural— en términos educativos, la naturaleza pluricultural y multilingüe, de la que hacemos gala, es abordada contradictoriamente con uniformidad. Una expresión de la contradicción señalada se manifiesta en la forma en que se asume la enseñanza de la Lengua quechua: de un lado se reconoce y caracteriza su diferencia cuando se afirma la existencia de diversos quechuas (Cusco-Collao, Ayacucho-Chanka, Jauja-Huanca, Cajamarca, Huánuco-Yaru, Lamas, Inkawasi-Kañaris, Ancash, Chachapoyas), y de otro se la niega, cuando en términos de su escritura se norma que todas deben hacer uso solo de tres vocales (a, i, u), prohibiéndose la utilización de las otras vocales (e, o).

El caso es que en varias regiones del país, y con marcado acento en el sur, donde predomina el quechua Cusco-Collao (Cusco, Puno, Arequipa, Moquegua, Tacna y Apurímac), el uso de las cinco vocales resulta una exigencia planteada hace más de 30 años al Ministerio de Educación que, mediante resolución ministerial, en 1985(*) impusiese el uso de la denominada “trivocálica”. Cabe mencionar que los fundamentos reivindicativos esgrimidos y liderados por la Academia de la Lengua Quechua del Cusco guardan relación tanto con la forma de pronunciación imperante, como por el impacto pedagógico que significaría la utilización “pentavocálica” en el aprendizaje de la segunda lengua: el castellano.

Esta confrontación tiene a la base discusiones de naturaleza lingüística, que al dejar de lado aspectos culturales y esencialmente pedagógicos, inciden en los resultados académicos de estudiantes. Interesa recordar que en el año 2007, en un intento de responder a las necesidades de mejorar los resultados educativos, la DIGEIBIR emitió una resolución directoral(**) autorizando el uso de las cinco vocales con carácter experimental. Posteriormente, en el año 2013, la DIGEIBIRA —con otra resolución directoral(***)— deroga la anterior y ratifica el uso tres vocales (a,i,u).

El entendimiento de la diversidad implica aceptar las particularidades existentes. Y en el marco del respeto a un país diverso y unitario, la promoción de procesos de descentralización educativa adquiere especial importancia en el diseño y mejora de políticas efectivas, con mayor razón si de por medio existe interés y compromiso de sus pobladores. Compartiendo responsabilidades, escuchemos las voces del sur y permitamos, en primer término, que el tratamiento pedagógico de la escritura quechua Cusco-Collao tenga mejores oportunidades. Y en segundo lugar, que los interesados asuman autocríticamente haber perdido ocasiones y momentos para abonar en el camino de la utilización de las cinco vocales.

No se trata de una confrontación entre lingüistas y pedagogos, sino de cómo ambos entienden que, por encima de posiciones individuales o grupales, importa retomar el camino del fortalecimiento cultural. 

*Resolución Ministerial N° 1218-85 que determina el uso a nivel nacional de tres vocales en la escritura del quechua.

**Resolución Directoral N° 0155-2007 que autoriza el uso experimental de las 5 vocales. (siendo Director General: Heriberto Bustos Aparicio)

***Resolución Directoral N° 0282-2013 ratifica el uso de las tres vocales señalada en el R.M. 1218-85 y deroga la R.D. 0155-2007 (Siendo Directora General: Elena Burga Cabrera)