Alejandro Arestegui
En geopolítica nada es lo que parece
Desmitificando algunos lugares comunes sobre geopolítica
Las cosas no sólo son lo que parecen, sino que parecen lo que son. En cuanto a geopolítica y situación internacional se refiere, los grandes medios nos hacen creer que estamos cada vez más ante una polarización con bandos claramente definidos y posturas irreconciliables unas de otras. Sin embargo, como repito, sólo son meras apariencias. Vamos a derribar algunos mitos de la situación política actual desmontando estos supuestos bandos antagónicos.
¿Sólo la “extrema derecha” apoya o justifica a Putin?
La primera realidad que nos venden es que, supuestamente la derecha y la “extrema derecha”, a través de los diferentes gobiernos del mundo, apoyan la causa rusa, o al menos justifican en parte su invasión a Ucrania. Los grandes medios de izquierda sostienen que los gobiernos de “extrema derecha” avalan las acciones de Putin o en todo caso se niegan a prestarle ayuda a Ucrania, pero es completamente falso. Prueba de ello es que el nuevo gobierno de Países Bajos, de partidos mayoritariamente derechistas, se han comprometido con el esfuerzo de guerra a favor de la causa ucraniana e incluso van a brindar facilidades para que los cazabombarderos F-16 donados se entreguen lo más rápido posible a las fuerzas ucranianas. Por otra parte, tenemos países como Suecia (también gobernados por la derecha); o también el caso del gobierno conservador británico, que de hecho es el principal donante de armas para Ucrania. Recordemos también que el gobierno argentino, encabezado por Javier Milei, ha hablado sobre helicópteros MI-24 a favor de Ucrania.
En el otro lado del espectro político encontramos partidos que supuestamente son de izquierdas (socialdemocracia para ser más exactos) pero que apoyan de alguna forma a la causa rusa. En efecto estos partidos de izquierda pueden verse reflejados en el partido eslovaco del ministro Robert Fico (Smer-Sociálna Demokracia) y el partido georgiano oficialista (K'arte'uli ots'neba – demokratiuli Sak'arte'velo), que a pesar de ser de centroizquierda son abiertamente prorrusos. Éstos son dos claros ejemplos de que partidos de izquierda moderada también pueden apoyar la causa rusa. Cabe resaltar que no hemos mencionado ni a las nefastas dictaduras chavistas totalitarias como Venezuela o Nicaragua que apoyan a rabiar a Vladímir Putin, ni tampoco hemos mencionado a la férrea dictadura de Corea del Norte o a la teocracia de Irán, aliados militares de Rusia.
¿Si eres de derecha apoyas a Israel y si eres de izquierdas apoyas a Palestina?
El segundo mito que queremos derribar es el que se piensa que si uno es de derecha inmediatamente tiene que apoyar a Israel y viceversa. Esto es bastante impreciso y falaz. Desde ya algunos libertarios de derecha como el caso de Hans-Hermann Hoppe han sido muy duros respecto al actuar del gobierno de Israel. Por otra parte, gobiernos de derecha, como el caso de Irlanda, acaban de reconocer, hace pocos días, como estado legítimo a Palestina. Si hablamos de nuestro continente vemos que Nayib Bukele, presidente salvadoreño, tiene raíces palestinas y hasta ahora no se lo escuchado públicamente defender o avalar el actuar de Israel en Gaza (pero sí se le escuchado optar por una salida de dos estados defendiendo la creación del estado palestino).
Si bien es cierto que en Europa oriental tenemos populismos como el de Hungría que apoyan abiertamente a Israel, tenemos también por otro lado a Recep Tayyip Erdoğan, el presidente turco, así como la mayoría de la opinión pública en Turquía avalan la causa Palestina. Adicionalmente tenemos a políticos y partidos de izquierda que defienden la causa de Israel, tal es el caso de algunos demócratas en Estados Unidos y laboristas en Inglaterra. Otro caso paradigmático es el del gobierno socialdemócrata de Australia que se mantiene firme en su justificación de las acciones del ministro Netanyahu.
Quizás el caso más enigmático de un político de izquierda radical que apoya a Israel sea el de la nefasta candidata mexicana Claudia Sheinbaum (lugarteniente de AMLO). La que aspira ser la encargada de mantener a MORENA en el poder siempre se ha mostrado a favor de la causa sionista (ella es de familia judía sefardí). Esto la ha llevado a tener encontronazos y malentendidos con figuras de MORENA como Alfredo Jalife (que es ascendencia árabe-libanesa). A falta de semanas, Sheinbaum está liderando las preferencias electorales en México. Lo único que queda pendiente es si Sheinbaum mantendrá la doctrina Estrada y procurará velar por la solución de paz entre Israel y Palestina, o de continuar la nefasta diplomacia de su predecesor AMLO, el cual ha hecho pelear a México con países hermanos como Perú o Ecuador.
Como habrán podido observar, las relaciones internacionales y la geopolítica son una cuestión muy compleja donde no existen blancos y negros claramente definidos. En este tira y afloja de estos tiempos caóticos, las alianzas y enemistades pueden surgir de la noche a la mañana. Estemos atentos y revisemos la mayor cantidad de fuentes posibles para evitar ser engañados con lo que los medios suponen mostrar: una visión estática de la diplomacia.
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