Jorge Morelli
En el sur del Perú se juega el destino de Sudamérica
¿Cuál va ser el impacto del retorno al poder de Evo Morales?
La tercera globalización, la de Estados Unidos –las dos primeras fueron la del Imperio español en el XVI y la del británico en el XIX–, acaba de perder dos batallas épicas en Sudamérica: la de Bolivia, donde Evo vuelve al poder; y la de Chile, donde la violencia y la pugna feroz por la nueva constitución van a espantar la inversión de esa tierra, que por décadas fue su emblema.
En efecto, el eje del Foro de Sao Paulo comprende ahora a Santiago, Buenos Aires y La Paz además de a Caracas, La Habana y México. Y los comicios de ayer en Estados Unidos tampoco son ajenos a esta nueva normalidad. Las elecciones norteamericanas se han sudamericanizado como nunca antes. La caviarada demócrata apuesta ahora a Joe Biden para llegar al poder por la puerta trasera. Y los americanos lo saben: videos en las redes muestran las calles de Washington y sus grandes tiendas tapiadas de madera, vacías de toda mercancía en previsión de violencia y saqueos durante la votación. Las mismas escenas que en Santiago, en La Paz, en Quito, en Bogotá antes de la pandemia.
Los comicios de Estados Unidos de ayer y las cuatro elecciones sudamericanas restantes –las de Ecuador en febrero del 2021, la del Perú en abril, las de Colombia en mayo de 2022 y las de Brasil en octubre del mismo año– decidirán el destino del hemisferio en la segunda década del siglo XXI. Bolsonaro es favorito en Brasil del 2022. Pero esas cierran el circuito. Antes, los resultados de las elecciones en el Ecuador, en el Perú y en Colombia son impredecibles. Dependen en parte de lo que ocurra fuera, especialmente en Caracas y La Habana. Y un segundo gobierno de Donald Trump probablemente determinaría el fin del castrismo en ambos países.
Y dependen también del efecto contagio regional. En nuestro caso, ¿cuál va ser el impacto del retorno al poder de Evo Morales en Bolivia sobre el electorado del sur del Perú, que probablemente decidirá el resultado de las elecciones nacionales?
Dos díscolos gobernadores regionales, los de Arequipa y Puno, están públicamente vinculados a Evo, y sus intereses políticos se materializaron en el proyecto Siete Regiones, que pondría el control de la energía del Sur del Perú –con gas boliviano– en manos de Evo. Es decir, le abriría al Foro de Sao Paulo el acceso a los recursos naturales del sur del Perú –el cobre, el litio, el agua–, recursos que decidirán las guerras globales comerciales, monetarias y de las telecomunicaciones del siglo XXI. En el Bicentenario de la República el destino de Sudamérica volverá a decidirse en el Sur del Perú.
Es un lugar común en la clase política peruana la idea de que quien tiene presencia importante en el sur y controla sus votos es nada menos que Antauro Humala. Si esta fuera una realidad política, independientemente de lo que fuera deseable, tal vez importe conocer lo siguiente. Pregunté en una ocasión a Jorge Paredes Terry, en una larga conversación, cuál es exactamente la naturaleza de la relación de Antauro con los dos gobernadores regionales antes referidos. Su respuesta fue que ninguna. Ante mi escepticismo, agregó que ambos personajes son incondicionales de Evo; mientras que Antauro, en cambio, con toda su intemperancia, es un militar peruano y un nacionalista. Jamás se prestaría al “bolivianazo” de Evo, el Foro de Sao Paulo y sus cómplices de Caracas y La Habana.
COMENTARIOS