Tino Santander
El retorno de PPK a Wisconsin
Candidato presidencial desciende en encuestas
PPK, pudo ser el candidato que hegemonizara la lucha por disminuir el déficit de infraestructura social y productiva (175 mil millones de dólares). Tenía que ser el representante de los peruanos sin agua (10 millones), de los agricultores sin crédito (85%), de los millones de ciudadanos sin títulos de propiedad; sin hospitales; sin carreteras, sin escuelas dignas; sin seguridad; de la juventud ansiosa de conectarse con la globalización económica.
Para que PPK represente al pueblo debía estar comprometido con él. Sin embargo, PPK parece un forastero en los sectores populares, un hombre anodino que cuando explica su programa de gobierno da la impresión de que es el contador de una empresa transnacional que da un informe frio y sin emoción. Definitivamente no está conectado con el pueblo peruano.
Es candidato por una franquicia al estilo Kentucky Fried Chicken (KFC) que actúa como un club electoral que solo buscan sinecuras en el congreso. Una franquicia sin definición política y menguada por sus vacilaciones orgánicas que es incapaz de movilizarse políticamente.
Más aún, insólitamente declara que: “Quiere que sus ideas las haga el próximo presidente elegido para visitarlo en palacio” parece que se olvida de que es candidato a la presidencia; como olvido su apoyo a la ley pulpin y al día siguiente se desdijo atribuyéndole el error a la nieve de New York o cuando propuso reformar el estado reduciendo ministerios y despidiendo trabajadores, increíblemente, a las pocas horas cambio radicalmente su propia propuesta.
Recordemos el 2011 cuando PPK era el candidato de los jóvenes que demandaban modernidad (imagen construida por el genial Hugo Otero) y termino ebrio de Fujimorismo apoyando a Keiko Fujimori en la segunda vuelta en la que gritaba: “Keiko Presidente porque él no olvida el buen gobierno de Alberto Fujimori”, en esta campaña dice: “Keiko no tiene experiencia y representa a su papi”. Estas lagunas políticas y volatilidad en sus opiniones indignan a los electores.
No son las encuestas las que descartan a PPK de la segunda vuelta electoral, es el pueblo y los jóvenes que no lo acompañan, las raleadas y deslucidas presentaciones han obligado a cambiar su comando de campaña semanas atrás. El cree que se trata de marketing electoral, de comunicar mejor, de trabajar más. No entiende que el problema es político y de representación.
Nadie sabe a quién representa PPK, su mensaje es tan confuso que la gente cree que bajará los impuestos a las grandes empresas solo para beneficiarlas, que obligará a los informales a formalizarse y que la Sunat tendrá mayores atribuciones contra ellos. Todas las propuestas políticas de PPK terminaron en la plaza San Martín en el matrimonio de los “ppkuyes”, es una campaña inundada de frivolidad.
PPK se convirtió en el candidato del status quo que agoniza por sus propias contradicciones y limitaciones políticas. No es Guzmán (un papel en blanco manejado por Nadine Heredia) que roba electores a PPK, es él que sin sentido político liquida un proyecto que pudo encaminar el Perú.
El destino de PPK, será Wisconsin donde tiene un rancho al estilo del viejo oeste norteamericano, retornara a la madre patria a la que le juró lealtad y defenderla con las armas de ser necesario. El 11 de abril, seguramente, en un vuelo de American Airlines volando los andes pensara: and now as get my American Passport (y ahora cómo recupero mi pasaporte norteamericano).
Por Tino Santander Joo
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