Eduardo Zapata
El que chapa comparte
Frases populares que describen la actualidad peruana
A juzgar por hechos y símbolos, lejos estamos aún de entender que el asunto no es Castillo. Él es un accidente de la naturaleza. El tema es que delante y detrás del ávido inquilino de Palacio no solo hay una organización criminal estructurada, sino que la misma tiene el aval ideo-político del Foro de Sao Paulo, de voces extremistas allende los mares y –lamentable es decirlo por la fe católica del pueblo peruano– del propio Vaticano y su curia. El asunto es que en esta lucha por el país estamos operativamente frente al profesionalismo y eficiencia de la inteligencia cubana, a la cual pretendemos hacerle frente con florilegios musicales.
Ya resultó imperdonable la ingenuidad que signó a una delegación peruana que –acabadas las elecciones del 2021– fue a solicitar el auxilio de la OEA. Resuktaba más que obvio que no les iban a abrir siquiera la puerta, sino que con esa visita manifestaban todo su candor político y –por añadidura– se abrían a ulteriores intervenciones de este organismo allí cuando estos lo viesen políticamente conveniente.
El hecho concreto es que mientras que, fieles a nuestra tradición de buenos modales, persistimos en los florilegios musicales, de la otra parte se elevaba y eleva una obra seria y consistente.
En el devenir político de los siguiente pasos de gobierno –tal como ha ocurrido en otros lugares– tendremos una población pre segmentada en tres grandes grupos. Un primer grupo constituido por empresarios tradicionales y por emprendedores que han empezado a hacer transacciones con este gobierno (vía negocios reales o hechizos, así como por los servicios e insumos proveídos; o por sueldos/asignaciones privilegiados); un segundo grupo constituido por toda aquella población que se va habituando al bono, a la dádiva y al voto siempre agradecido; y un tercer grupo sensible a las altas y bajas de la vida. Aunque suene exagerado, esta pre segmentación supone un tercio para los de arriba y los de abajo y aproximadamente un 40% de aquellos que tendrán que ingeniárselas. Obviamente, descontemos de aquí el 6% – 8% que abandonará el país.
Del /Suerte te dé Dios que el saber nada te vale/ pasando por el conforticio /Estaba de Dios/ hemos sido testigos de cómo el lenguaje se ha llenado de expresiones acaso más ´transparentes´. Apareció el envidiable /Quién como él/, se hizo moneda corriente y aceptada el /Qué pendejo/ hasta llegar a este memorable /El que chapa comparte/.
Y pensar que todo empezó con la inocente pregunta /¿Cómo es la nuez?/ para que ´hermanos y hermanitos´ se abrazasen ya sin vergüenza alguna. El quebranto de la ley convertido en virtud.
Esa es la escuela nuestra de cada día. Donde resultan rara avis las personas e instituciones que cumplen honestamente su trabajo. Pero sobre las cuales caerá el ojo inquisidor de la OEA porque están ´malogrando´ el libreto oficial asignado a nuestro país.
Algunos años atrás y ante la situación de indefensión ciudadana, una señorita popularizó la expresión chapa tu choro. A través del uso del adjetivo posesivo /tu/ pretendía individualizar, singularizar y hasta privatizar el uso de la justicia. Lejos estaba de suponer esta señorita que a los pocos años estos choros habrían de convertirse en un segmento poblacional no solo institucionalizado sino acariciado socialmente como un ideal: “…los ricos en un país de pobres”. Y todo ello con el beneplácito de organismos internacionales.
Aparte de ´protocolares´ y anodinas respuestas, ¿no sería acaso más contundente –ante la comunidad internacional– convocar nuevamente a los grupos (con sus ´naturales´ liderazgos) que marcharon por el tema ´con mis hijos no te metas´? ¿Y si les suman a los ninguneados Hermanos del Señor de los Milagros, impedidos –por primera vez en su historia– de ingresar a la Plaza Mayor a visitar al Presidente? Masas visuales no son florilegios y resultan insuperables por parte del Gobierno.
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