Carlos Arnillas Denegri
El Perú vive hoy su hora más difícil
PPK no advierte los peligros de una asonada popular
PPK no advierte los peligros de una asonada popular
En medio de una tormenta política de imprevisibles consecuencias, surgió una luz de esperanza para los peruanos gracias a la convocatoria al diálogo entre las dos principales fuerzas políticas del país, que abarcan a más del 80% del electorado y que cuentan con programas de gobierno muy parecidos en el enfoque de los problemas de fondo.
Independientemente de quien fue el que tomó la iniciativa, lo real es que a menos de un año de gobierno de PPK la gobernabilidad del país está en crisis debido a tres factores que han arrinconado contra las cuerdas al actual mandatario: como el escándalo de Lava Jato y sus efectos en la corrupción en el Estado, los efectos de El Niño costero en el norte del país, y la adenda al contrato de Chinchero, que hasta el momento va costando la cabeza de por lo menos dos ministros. También le ha costado el puesto al contralor de la República, debido a su oscuro y controvertido accionar, pues no ha dudado en enlodar la imagen del premier. Y todo ello en medio de un creciente descontento popular por la paralización de la economía, el aumento de la inseguridad ciudadana y la blandura de las autoridades con la corrupción.
Es cierto que Keiko Fujimori abrió la puerta del diálogo. Pero hay que considerar que, tan pronto lo sugirió, PPK respondió airado desde el interior del país que la oposición se “deje de escandaletes” y le permita gobernar; para luego torpedear la cita cumbre, al indicar que sus resultados serían puestos a consideración del Acuerdo Nacional, que no está empoderado para arribar a acuerdos, lo que en la práctica constituye un saludo a la bandera. Así mismo vetó la participación del histórico líder político Dr. Luis Bedoya Reyes quien, no lo dudamos, facilitaría el diálogo para un correcto y pragmático enfoque de los principales problemas que aquejan al país.
Ante esta situación, la opinión pública muestra cierto escepticismo de que se llegue a resultados concretos. No por falta de voluntad de Fuerza Popular, sino por las actitudes de un gobierno contaminado por el antifujimorismo. Después de cada acercamiento entre ambos líderes políticos, curiosamente, surgen declaraciones disociadoras del gobierno, así como del propio presidente.
Al parecer PPK no advierte los peligros de una asonada popular a nivel nacional. Actualmente enfrenta, sin solución aparente, una huelga de maestros en el Cusco y otra hospitalaria a nivel nacional. Todo ello ante la aparente inacción de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios, que hasta ahora no funciona como quisieran los miles de damnificados del norte del país, quienes siguen viviendo a la intemperie y sin esperanzas de resolver los problemas económicos y de salud que confrontan.
Por el lado de Keiko Fujimori también se observan serios deterioros internos. Lo que parecía una estructura política sólida, hoy muestra resquebrajamientos debido a desacuerdos con su hermano, por discrepancias políticas. Esto anuncia negros nubarrones en el futuro del partido, que debería mostrarse unido en momentos de dificultad.
La falta de políticas definidas con respecto a megaproyectos como el Gasoducto del Sur, la terca persistencia en la realización de los Panamericanos y la discutida modernización de la Refinería de Talara, así como la falta de resultados concretos en la lucha contra la corrupción y la inseguridad ciudadana, hacen que el gobierno continúe dando tumbos, sin ningún resultado concreto.
Ante el escaso tino político del Ejecutivo y la activa lucha de los antis, que buscan el fracaso del diálogo entre Keiko y PPK, avizoramos que muy poco se conseguirá el próximo martes, fecha fijada para la cita. No existe voluntad política de PPK para realizar cambios en un gabinete desgastado y que requiere con urgencia la participación de operadores políticos que tiendan puentes de entendimiento hacia las principales fuerzas políticas del país. Es decir, al no haber expectativas de un “gabinete consensuado”, es poco lo que se espera. Frente a esta difícil coyuntura nos preguntamos: ¿Qué acciones concretas está esperando realizar PPK para solucionar esta difícil situación? Ya el Perú vive hoy su hora más difícil.
Carlos Arnillas Denegri
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