El Gobierno causa más muertes

La “ciencia” y las medidas restrictivas del Gobierno, títere del globalismo, nos matan y matarán más que el COVID- 19. Solo para una muestra, según los reportes del Minsa, al 18 de enero han fallecido, en casi 10 meses de pandemia, 38,931 peruanos. Pues bien, el pasado 29 de diciembre, el diario Expreso, recogiendo data de UNICEF indicaba que 3.3 millones de peruanos habían caído en la pobreza en el año 2020, gracias a las famosas restricciones.

Conforme a estudios oficiales realizados en el 2015 por el Gobierno peruano, cada año mueren 3.1 más personas pobres por cada mil habitantes, en comparación con la población “no pobre”. Vale decir, si ajustamos el valor por los nuevos pobres causados por las medidas de los globalistas del gobierno Vizcarra-Morados, tenemos que este año morirán 10,230 peruanos más gracias a sus medidas. Y si seguimos la misma tendencia con el nuevo encierro anunciado, sin el más mínimo rigor lógico, esta cifra subirá sostenidamente. En el próximo año al menos duplicaremos esa cifra de muertes por el mero hecho de que las medidas del Gobierno, tanto sanitarias como políticas, crean pobreza, y al crear pobreza crean muerte, muerte cuantificada.

A diferencia de la pandemia que pasará –como toda pandemia–, de la pobreza no se sale en un año o dos, así que la diferencia de mortalidad antes indicada seguirá y se incrementara en los próximos meses y años, salvo algún milagro económico. Solo como ejemplo: en el boom económico del 2008 al 2016, la pobreza se redujo de 37.3% a 20.7%, es decir, tomó ocho años bajar la pobreza en 16.6%. Y ello se logró en un escenario internacional mucho más favorable que el escenario poscovid en el que, dicho sea de paso, las cosas pintan casi catastróficas. Con estos datos, solo un ciego o un criminal no podría decir que mucho más temprano que tarde tendremos más peruanos muertos por ser pobres que por el Covid.

¿Estamos frente a un falso dilema? Un escenario como el actual, requiere decisiones políticas con data precisa, no con ideologías. Nunca la pregunta fue, como estúpidamente dijeron los medios o algunos liberales, “salud o economía”; la pregunta real es cuántas vidas más acabará este Gobierno con sus estrategias. La pobreza mata. Lo que vemos desde el origen de la peste china es una sucesión de eventos en los que se ha tratado por todos los medios evitar enfrentar a la enfermedad.

Esta sucesión de hechos no dejan lugar a pensar en “decisiones equivocadas”, y menos que estas hayan salido solamente de los mandatarios peruanos, sino que todas apuntan a mantener el problema y jugar con la vida de los peruanos y de los ciudadanos del mundo. Los ciudadanos peruanos, hicimos el mayor sacrificio, el Gobierno Vizcarra-Morados no supo ni comprar mascarillas, y muchísimos de los respiradores fueron donados. No implementaron nada sostenido, maltrataron al personal sanitario, generaron medidas que producen mayor aglomeración, persiguieron y proscribieron cualquier camino a investigar una cura, siendo el último de sus ataques el boicot a Farvet, cuando a espaldas del partido todos los médicos recetan y recomiendan Ivermectina. 

¿Dónde está la atención temprana? ¿Funcionan las postas médicas debidamente equipadas? ¿Implementaron carpas para hacer diagnósticos tempranos? No, el mismo proceso –como lo acaba de declarar el Dr. Crispín– es perverso, esperan a que tengas síntomas para tomarte una “prueba” (con todos los cuestionamientos mayores o menores que tienen todas ellas), y luego te “tratan de salvar”; pero si hay algo que queda claro, es que mientras más rápido se ataca la enfermedad, menos mortal es. En este país, si mueres sin diagnóstico se atribuye la causa al Covid; pero si enfermas con síntomas de Covid, debes tomarte no menos de una semana para “confirmarlo”. Esto no puede ser un equívoco, señores. El propio proceso de atención y todas las inacciones y acciones del Gobierno son los que matan más que el virus chino. A estas alturas, esta es una verdad del tamaño de la Catedral.

El Gobierno no nos quiere curar, que quede claro.