Iván Arenas
El APRA frente a Antauro
La igualdad de todos, y no la “nación cobriza”
No es absolutamente casual que el himno partidario del APRA sea “La Marsellesa”, en su versión propia, porque si algo hay que decir es que el aprismo es en esencia un corpus de ideas inspiradas en la revolución francesa jacobina. Es decir, y en resumen, el aprismo es heredero y subsidiario de la revolución francesa. Ahora bien, ¿por qué todo lo anterior y por qué hago referencia a Antauro? Aquí lo explico.
Antauro Humala ha construido un corpus ideológico –en el sentido marxista del término– intragable, lleno de yerros y metafísica pura. Este corpus ideológico, en realidad menjunje, está edificado sobre el mito de la cultura y la gracia; sobre lo que se entiende como el idealismo alemán (tan criticado por el propio Marx) y sobre las tenebrosas ideas de una “nación cobriza” (que excluye el mestizaje de la peruanidad), en lugar de una nación política; y por inocencia o por inopia, la vuelta al antiguo régimen de la desigualdad. Continuó con la explicación.
El APRA de Haya de la Torre es la antítesis de lo que desarrolla Antauro como corpus ideológico. Como decíamos, el APRA es un partido inspirado y heredero de la revolución francesa por varias características, entre otras por el sentido de la igualdad en la nación política. Vale indicar que la revolución francesa destruyó el antiguo régimen de las diferencias e igualó a los individuos (ciudadanos) en la nación política.
Cuando Antauro indica que su proyecto se funda en la nación cobriza pretende destruir la nación política moderna, obra del jacobinismo. Es decir, una nación “solo para cobrizos” y una defensa de la “cultura cobriza”; inspirado en las ideas de Herder y Fichte para quienes el fin del Estado era la defensa de una cultura por sobre otras. En otras palabras, la nación cultural por sobre la nación política. Esto es el regreso a la diferencia, a la desigualdad, a las castas, de si tú eres más cobrizo que yo, si tú eres más aymara, más quechua, más yanahuara o más huanca, entonces tienes más derechos políticos; en suma el regreso al antiguo régimen.
Contra todo esto se levanta Haya de la Torre allá por las primeras décadas del siglo XX. El APRA es el primer partido, frente a la República aristocrática, que representa e iguala políticamente a las masas excluidas de la política práctica. Y es el primer partido de la razón y la modernidad frente a los proyectos de la élite, cuyos proyectos nacionales bordeaban, por ejemplo, la inmigración de europeos para construir una nación.
El APRA entonces, como partido de la igualdad y la nación política, del mestizaje y la peruanidad puede hacerle frente al menjunje antaurista.
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