Paul Neira
Educación en tiempos de furia
Reflexiones ante la polarización educativa
El sector educación, contra lo que se pueda creer, está en un proceso de crecimiento y afianzamiento. Toda crisis implica una enorme oportunidad. Y sí, decido mirar la realidad con otros ojos antes que caer en el facilísmo de declarar en capilla la educación nacional. Antes bien, desde mi punto de vista las señales son tan claras que debemos de darle a estos signos de política educativa nuestra confianza. Y permítanme irle describiendo todas esas cosas que efectivamente abonan mi posición.
Cuestión de permanencia de políticas. Una de las cosas que siempre se criticó al sector educación fue la discontinuidad de sus políticas educativas. Pero eso, hoy es historia pasada, puesto que desde al menos tres gobiernos democráticamente elegidos venimos estableciendo grandes avenidas de política educativa que se han mantenido con los cambios de los ministros. Una de esas grandes líneas maestras es justamente la lógica de la meritocracia como base de la reforma docente, o la apuesta por la mejora de la infraestructura educativa o la descentralización educativa que viene siendo aplicada. Obviamente son grandes líneas que a lo largo del tiempo han venido afinándose y mejorándose progresivamente, pero ninguna sin sufrir mella en la idea original o espíritu de la misma.
Cuestión de recursos. El presupuesto de la república asigna este año al sector educación 8 % más en la asignación de recursos al sector educación. Son 2300 millones de soles adicionales, sin contar los que vengan de aumento en marzo cuando se discuta el presupuesto modificado, que llegan a engrosar las decisiones de política educativa con las que se viene manejando y operando el sector. Uno podría quizás discutir las asignaciones presupuestales a estas grandes líneas pero incluso en dicho escenario vemos un sincero y correcto proceso de mejora agregada a partir de una asignación presupuestal mayor al sector educación.
Cuestión de personas. Cualquiera que ha asumido un cargo o se encuentra en uno de ellos sabe, dolorosamente, que es muy complejo conseguir cuadros o equipos de trabajo que tengan esa combinación de una buena formación, experiencia y pasión. Digo, si eso es sumamente complicado para cubrir un espacio en el sector privado, imagínense en el sector público. Lo remarcable de este tema es que exista un enorme grupo de personas con estas características, sí esas que están actualmente trabajando en el Ministerio de Educación, que han optado por trabajar por la posibilidad de tener una mejor educación. Muchos de ellos jóvenes, otros tantos de mediana edad, pero todos juntos creyendo que es posible cambiar las cosas en el sector. Son ellos los que terminan sosteniendo en el día a día esta construcción colectiva, progresiva y acumulativa de la mejora de las políticas educativas.
Cuestión de institucionalidad. El cumulo de estas, está mostrando claramente, que ya tenemos consolidados unas lineas maestras de la política educativa que son estables, que son a prueba de la creatividad de los ministros y, que aún mejor, están sobreviviendo y fortaleciéndose incluso con los cambios de gobierno. Atrás quedaron las épocas como en el gobierno del presidente Toledo que tuvimos 4 ministros de educación. Y es que incluso cambiándolos, creo firmemente que las políticas de las que les hablo seguirán siendo estables porque se han institucionalizado.
Obviamente el ruido político, las huelgas, los problemas de ejecución presupuestal o de falta de liderazgos fuertes siempre tienen efecto. El máximo que vemos ahora es simplemente ralentizar ciertas aplicaciones de esta política educativa, pero ya no es como antes que básicamente la política educativa estaba supeditada enteramente al humor del ministro de turno. Esos fueron tiempos pasados.
Sin embargo, quiero dejar en claro que siempre y remarco el siempre toda política educativa es una apuesta a largo plazo y largo es de 20 a 25 años. Es imperativo entonces que todos comprendamos que la Política a Educativa en nuestro país está bien encaminada y que está debe de mantenerse como ha venido siendo a pesar de nuestros gobernantes y encargados del despacho ministerial.
Paul Neira
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