Victor Robles Sosa

Drogas: Decisión correcta

Drogas: Decisión correcta
Victor Robles Sosa
03 de junio del 2014

Pero falta una política integral de consenso

Una lluvia de críticas le ha caído al gobierno del presidente Ollanta Humala por su decisión de cambiar a la ex titular de Devida, señora Carmen Masías. Más allá de las malas formas con que se ejecutó, que por cierto deploro, considero que se trata de una decisión acertada en la medida que estemos ante un cambio de política antidrogas y que no responda a un cálculo electoral.

Bajo la presidencia de Masías, Devida estaba a punto de poner en marcha un plan de erradicación forzosa de los cultivos de coca ilegales del valle Apurimac-Ene-Mantaro, zona de intensa actividad del narcotráfico, pero también de las últimas columnas armadas de Sendero Luminoso que lidera el “camarada Raúl”.

Erradicar por la fuerza los cocales habría tenido consecuencias sociales muy graves en el VRAEM ya que los cocaleros - en su mayor parte miembros de los Comités de Defensa Civil Antisubversiva (DECAS) que derrotaron a Sendero Luminoso en los años 80 y 90 – habían advertido que resistirían con las armas la interdicción policial. El derramamiento de sangre era inminente.

En un escenario hipotético de conflicto entre el estado y los cocaleros de esa región, Sendero Luminoso se convertiría de inmediato en el brazo armado “natural” de los campesinos, con lo cual legitimaría su acción subversiva dándole un contenido social, atrayendo así a nuevos miembros a sus filas, principalmente jóvenes campesinos que hoy miran con desconfianza a los terroristas.

¿Cómo encarar entonces al narcotráfico en el VRAE? Con la misma fórmula que transformó San Martín de emporio de la droga en la región más próspera y pujante de la Amazonía: Interdicción selectiva de la mano con la sustitución de cultivos, o “reconversión” como le llama ahora el gobierno para diferenciarse de lo anterior.

El campesino es el eslabón más débil de la cadena del narco. En cambio los intermediarios, acopiadores, proveedores de insumos, lavadores de activos y cabecillas de bandas son más poderosos. Cada golpe a estos es mucho más efectivo contra la droga, por eso el estado debería concentrar los esfuerzos del sistema de inteligencia en identificar y ubicar a esos delincuentes, para que la policía los capture.

Acabada la demanda, la coca deja de ser atractiva para los campesinos, así ocurrió en el Alto Huallaga y de esa manera pudieron introducirse los cultivos alternativos que hoy tienen gran éxito en esa zona del país: cacao, café, frutas, palma aceitera, entre otros. Paralelamente, el estado tendría que dotar a los pueblos del VRAEM de la infraestrctura básica que les permita a los agricultores producir y llevar después sus productos a los mercados.

El presidente Ollanta Humala parece haber entendido los peligros de hacer uso de la fuerza contra los campesinos del VRAEM, y también la necesidad de darles cultivos alternativos a la coca. Ahora solo le falta comprender que la guerra contra el narco la ganaremos solamente si nos dotamos de una política integral efectiva que tenga el respaldo de todos los sectores políticos y sociales. Así vencimos en el Huallaga y solo así venceremos en el VRAEM.

 

Por Víctor Robles Sosa

Victor Robles Sosa
03 de junio del 2014

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