Diethell Columbus
¿Dónde está el Gobierno?
La popularidad de administración PPK sigue descendiendo
La situación del gobierno es cada vez más compleja y la carencia de operadores políticos en el Ejecutivo le está y le seguirá pasando factura si no hacen cambios urgentes.
Recordemos que ya son tres encuestadoras las que han señalado que la popularidad y/o aprobación del Mandatario oscila entre el 41% y el 35%. Si bien es cierto que cada encuestadora tiene metodologías diferentes y que una encuesta no puede ser comparable con otra; los datos de IPSOS, DATUM y GfK tienen dos puntos en común: La popularidad del mandatario tiene una tendencia decreciente y, en seis meses de gestión, la desaprobación gubernamental ha sobrepasado el 50% y ni qué decir del desgaste de imagen del Gabinete.
Si analizamos con detenimiento las posibles causas del por qué de este abrupto y sostenido descenso en la aceptación popular la gestión PPKausa, podríamos argumentar que se debe a múltiples factores, empero, el principal de ellos es la forma naif en la que vienen trabajando.
Al parecer, seis meses no han sido suficiente para entender que la coyuntura actual no es tan sencilla ni la ciudadanía es tan permisiva como a inicios del nuevo milenio cuando se inauguraba el gobierno del ahora no tan “sano y sagrado” y en el que participaron varios de los que hoy están en el poder.
Para contextualizar lo anterior, recordemos como se manejó el caso del ex consejero plenipotenciario Carlos Moreno. Las reacciones de PPK y su entorno fueron tardías y las posiciones contradictorias. Al final quedó la percepción que se quería tapar el negociazo de Moreno. Esto marcó el inicio de la caída en la popularidad presidencial.
Luego de esta complicada situación, se anunció que se aprobaría una norma que impediría que los funcionarios sentenciados por actos de corrupción no puedan volver a trabajar en el Estado nunca más. La famosa ley de la “muerte civil permanente”. Resulta anecdótico que luego de este anuncio se haya convocado a Alfredo Jaililie para apoyar en la reestructuración del SIS, vale decir, el Gobierno convoca a un sentenciado por corrupción para solucionar los entuertos de un procesado por corrupción. ¿Quién asesora al Presidente?
A lo anterior debe sumarse que el mensaje de que se sancionaría a todos los funcionarios corruptos con la “muerte civil permanente” es una estafa, pues la norma que se publicó dispone que esta sanción solo sería de aplicación para aquellos que cometan actos de corrupción como parte de una organización criminal o cuando se afecten programas con fines asistenciales o similares y siempre que el monto de la fechoría supere los 60 mil soles. Es decir, si habría muerte civil permanente, pero selectiva y poco aplicada. ¿Qué les parece?
Por otra parte, mucho se ha hablado de incluir obligatoriamente la famosa “cláusula anticorrupción” para facilitar la resolución de todo contrato en el que se demuestre que hubieron actos de corrupción de por medio, sin embargo, según el Decreto Legislativo 1341, la obligación legal de incluir esta cláusula solo aplica para los contratos celebrados al amparo de la Ley de Contrataciones del Estado y no para los contratos de Asociaciones Público Privadas – APP, que son justamente los que se vienen cuestionando por temas de corrupción. ¡Ya pues!
Finalmente, ayer se publicó el Decreto de Urgencia 003-2017 que fue anunciado en el mensaje a la nación del domingo último y, de su lectura, pareciera que esta norma obedece a una coyuntura política específica: El caso Odebrecht-Toledo y el afán de los ex ministros chakanos por demostrar que no están involucrados en las tratativas ilícitas que se realizaron a ritmo de samba.
Querer marcar distancia de hechos ilícitos no es malo. Lo reprochable es que pretendan estructurar su defensa mediática usando como vehículo una norma que nuestro ordenamiento constitucional ha reservado para casos excepcionales. Cabe preguntar ¿Por qué no usaron las facultades legislativas delegadas para aprobar esta norma?
El domingo, el Presidente de la República señalaba que: “Tenemos que actuar de manera implacable e inmediata en todos los niveles para frenar la podredumbre de la corrupción”. Lástima que las últimas normas aprobadas no reflejen a cabalidad el sentir de PPK.
Por Diethell Columbus
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