Convocados a educar

Las escuelas son como el segundo hogar de nuestros hijos. Allí permanecen muchos años en contacto con otros e interrelacionándose con los adultos, representados por los profesores y gestores. No obstante, en nuestro caso las condiciones básicas de salubridad están lejos de asegurar una adecuada acogida a los estudiantes. Las instituciones educativas, en un elevado porcentaje –especialmente en la periferia de Lima y las zonas rurales donde la pobreza tiene mayor incidencia– muestran serias limitaciones en cuanto a higiene, carecen de agua, servicios higiénicos y desagüe. Una situación que es conocida por las autoridades de los distintos niveles de gobierno, pero que, a modo de esconder nuestros males debajo de la alfombra, es cubierta con un silencio cómplice. En tanto callan, muchos gestores, profesores, estudiantes, padres de familia y autoridades educativas, evidencian su desinterés con respecto a este álgido problema.

No hay mal que por bien no venga, reza un dicho popular. Y como si saliera al rescate de la vida estudiantil, la llegada del coronavirus hizo evidente, ante los decisores de políticas, la gravísima situación en términos de higiene que existe en la mayoría de colegios. Recién ahora, y tan solo forzados por las circunstancias, se ve la necesidad e importancia de que estos colegios cuenten con agua, servicios higiénicos, desagüe, jabón, entre otros. 

Mediante Decreto de Urgencia Nº 025-2020 se han dictado medidas urgentes y excepcionales para reforzar el Sistema de Vigilancia y Respuesta Sanitaria frente al Covid-19 en el territorio nacional, autorizándose al Ministerio de Educación financiar, con cargo a recursos de su presupuesto 2020 y sin demandar recursos adicionales al Tesoro Público, la adquisición de equipamiento menor (kits de higiene) en el marco del Programa de Mantenimiento de Locales Educativos 2020, para conservar las condiciones adecuadas de salubridad en espacios e infraestructuras educativas, hasta por S/ 165 millones.

Entendemos que la administración del sector, en cumplimiento de la Resolución Nº 149-2020, referida a las disposiciones para la adquisición de kits de higiene en el marco del “Programa de mantenimiento de locales educativos 2020”, distribuirá los recursos referidos de manera acelerada, y esperemos con criterios justos, para su ejecución inmediata y responsable por parte de los directores. 

Entre tanto, la primera postergación del inicio de clases para las instituciones estatales y la suspensión de los privados, siendo antesala de lo que pudiese convertirse en cuarentena en casa, resulta válida por las circunstancias que se atraviesan. Además nos invita, por un lado, a desplegar iniciativas familiares para disminuir las posibilidades de contagio; y por otro, obliga el ente rector de la educación a convertir el problema en una oportunidad para la promoción de acciones educativas “desescolarizadas”, “a distancia”, “informales”, entre otros.

También se compromete la participación de directores y docentes que, utilizando la tecnología de información, pueden muy bien actuar desde sus propios hogares, imaginando ocupaciones interesantes en el tiempo a desperdiciarse, mediante la promoción de actividades de diferente índole: fomentando valores y promoviendo la lectura y el razonamiento matemático, que tanto se requiere en estas eventualidades. Jamás olvidemos que nuestra cercanía con los estudiantes tiene un valor incalculable. Es hora de desplegar todas nuestras fuerzas educativas.