Herberth Cuba
Construir la gobernabilidad en salud
Ejecutivo y Parlamento debe acordar una reforma del sistema de sanitario
Ejecutivo y Parlamento debe acordar una reforma del sistema de sanitario
Construir la gobernabilidad del sector salud en el actual contexto es una tarea muy complicada. A la herencia dejada por el humalismo, con malos indicadores sanitarios, burocracia, pérdida de rectoría y dispersión institucional en diversos organismos autónomos, y una forma de organización administrativa proclive a la corrupción, y mercantilista, se ha sumado la polarización política en momentos de bajo crecimiento económico (2%), con caída de la inversión pública (16%) y de la privada (5.6%).
Hay un progresivo deterioro de la confianza de la población en las Asociaciones Público Privadas (APP) y Obras por Impuestos (OxI), como herramientas rápidas para la inversión sanitaria. Los escándalos de corrupción mediáticos, son sólo la punta de iceberg de esa lamentable situación. Los recursos humanos mantienen un atraso remunerativo, con promesas refrendadas en actas firmadas por los funcionarios del gobierno humalista, que hoy se han convertido en instrumentos de presión sindical y política.
Los hospitales de Lima Metropolitana, por ejemplo, han ejecutado sus presupuestos ordinarios asignados en el 2016, en más del 97%. Es una buena noticia, si la comparamos con la ejecución presupuestal de las demás instituciones del Estado. Igual ejecución ha merecido los dineros transferidos por el Seguro Integral de Salud (SIS), es decir, sobre el 97%. Sin embargo, el impacto ha sido insuficiente para cubrir las necesidades de la gente.
El peso de los dineros aportados por el SIS en el gasto total de los hospitales de Lima Metropolitana, es menor al 14%. Aunque es poco debido a la estrechez presupuestal que existe, es importante. Aquí también la herencia desde el 2009 hasta el 2016, ha generado reclamos de una deuda del SIS hacia los hospitales a nivel nacional de 700 millones de soles. No debemos pasar por alto, que, en la aprobación del Presupuesto General de la República, la actual gestión solicitó 2,773 millones de soles, para el 2017, pero sólo se aprobó en el Congreso de la República, 1,409 millones de soles. Por este motivo, el SIS enfrenta una situación financiera difícil que es urgente resolver.
La polarización política, los dimes y diretes que inundan las redes sociales y los medios de comunicación, presionan hacia lo inmediato, hacia la controversia menuda. Impide el desarrollo, la trasformación y la mirada de largo plazo. Es útil apelar a la tradición y al fair play debido que hasta en las guerras, la curación y el socorro de los enfermos son considerados como un bien neutral, ajeno al conflicto.
La lucha contra la corrupción y el cambio de las estructuras que la han permitido, no es tarea fácil. Los actores involucrados desde el anonimato bloquean cualquier cambio. Utilizan voceros y analistas que atizan la polarización política existente para evitar la trasformación de las estructuras organizacionales de las que han lucrado.
La reconstrucción del sector salud pasa por asegurar la gobernabilidad. El Poder Ejecutivo y el Congreso de la República bajo el principio de colaboración de poderes, deben articular en modo favorable para enfrentar los retos, y las necesidades en salud de la gente. Por ejemplo, no será fácil, en momentos de disminución del crecimiento económico, mejorar el presupuesto público para la salud, sin embargo, es ineludible. La discusión sobre las cifras del incremento no debe llevar al conflicto ni a la polarización. Al contrario, deberían ser muestra de madurez política. Tampoco, debería ser controversial el reconocimiento de las necesidades de inversión en salud, más aún, luego del Niño costero y debido a la gran brecha heredada en infraestructura hospitalaria.
La brecha de atención médica y de salud sólo podrá cerrarse con servidores con altos niveles de eficiencia y productividad, con educación continuada y fortalecimiento de sus competencias profesionales. Sin embargo, el manejo mercantilista heredado de los recursos del sector salud ha afectado la motivación y relajado la disciplina laboral. Los reclamos laborales, justos y ajustados a compromisos pactados, tampoco deberían dar lugar a controversias.
La transformación y reconstrucción del sector salud requiere tiempo, mucho trabajo y a veces incomprensión. No hay que olvidar que la salud de la gente y el país están primero.
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