Ciencia y tecnología para el desarrollo nacional

Incentivar la curiosidad científica es clave en la vida de los estudiantes, ya que son ellos quienes, gracias al dominio de la ciencia y la tecnología, podrán desarrollar al país. Esta formación científica en el sistema educativo es un poderoso catalizador en la batalla contra la pobreza. Al educar a los niños, adolescentes y jóvenes enfocados en la innovación, se impulsa un masivo potencial sin límites para generar oportunidades de desarrollo en la geografía peruana.

A pesar de que la ciencia y la tecnología son fundamentales para el desarrollo. Y esto lo han demostrado países con escasos recursos naturales como Japón, Israel y tantas otras potencias; pero los líderes del sistema educativo peruano no lo comprenden. En Perú solo el 9.7 % de estudiantes tienen un dominio elevado de ciencia y tecnología, de acuerdo a un informe del Ministerio de Educación del año 2022. Esta espantosa realidad es el triunfo de la política educativa meritocrática, que no explota el cerebro de los estudiantes, perpetuando así la brecha de conocimiento a nivel mundial.

En esta línea escuchamos decir al gobierno y a sus ministros que Perú está creciendo al 2.5 %, pero astutamente no hablan de desarrollo, pues eso se logra con innovación y creatividad. La intensa formación de las aptitudes STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) posibilitaría un progreso socioeconómico sostenido, debido a que los estudiantes de todo el territorio asisten a las escuelas.

Para alcanzar un desarrollo, además de los factores económicos relevantes, es fundamental incluir en el currículum nacional la ciencia, tecnología e innovación; no solo como un curso teórico o transversal, sino como un curso impulsado por docentes especializados y científicos de todas las áreas, a lo largo de la formación educativa, desde el nivel inicial hasta los doctorados.

Según un artículo publicado en el diario El Peruano, en el país existen 10,000 clubes de ciencia y tecnología en escuelas privadas y estatales, promovidos por el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec), que congregan a 108,276 estudiantes de secundaria y 11,698 maestros en el campo STEM. Esto suena alentador, pero ¿qué de los niños de primaria? ¿Acaso no saben que son ellos, el grupo humano esencial para sembrar y cultivar la curiosidad científica?

Recordando al visionario chino Deng Xiaoping, es el momento de que nuestro país y toda Latinoamérica abracen la ciencia, la tecnología y la innovación para alcanzar el desarrollo. De no hacerlo, toda la generación se echará a perder y estaremos desperdiciando la oportunidad de disfrutar de un país próspero.

Enseñar el asombroso mundo de la ciencia, la tecnología y la innovación a los estudiantes, no solo es un viaje de conocimientos, sino también una poderosa herramienta para impulsar el progreso sostenido de todas las naciones.