Jorge Varela

Chile en su laberinto

Buscando la salida

Chile en su laberinto
Jorge Varela
09 de mayo del 2023


Chile, nuestro vecino del sur, ha dado otro paso más en su tortuoso camino constitucional hacia un desenlace que se anticipa complejo, como si fuera ese Minotauro que no logra encontrar la salida del laberinto en que lo metieron los bárbaros de octubre de 2019 y los derrotados resentidos de septiembre de 2022. No solo los partidos y seguidores de izquierda son responsables, también los de derecha y centro-derecha han contribuido a la incertidumbre y a oscurecer el cielo institucional. Es tanta la confusión que aún no se divisa a Teseo ni a Ariadna. 

Dentro del laberinto 

Recuérdese que el proceso constitucional iniciado el 25 de noviembre de 2019 –mientras en las calles aún persistía el calor del fuego y no se apagaba el bullicio de la revuelta social– no logró su objetivo. Casi tres años después, el 4 de septiembre de 2022, la ciudadanía saturada y enojada rechazó de modo contundente el proyecto de refundación radical presentado a su veredicto. 

En diciembre de 2022 se pactó un segundo acuerdo político, el que debería dar frutos al final de 2023, si la primavera se presentaba favorable, o terminar en un segundo fracaso. Fue Camilo Escalona, secretario general del PS –uno de los perdedores– quien mejor sintetizó el dilema de su colectividad frente a este acuerdo: “O rechazábamos esta estructura compleja y laberíntica, y nos quedábamos con la Constitución de 1980, o entrábamos al laberinto y llegábamos finalmente, después de un nuevo esfuerzo (acuerdo) a una nueva Constitución” (El Mercurio, 24 de diciembre de 2022).

Los políticos atrincherados en un domingo 7 

La izquierda dogmática y torpe, que formó mayoría en la anterior convención constituyente, perdió su mayor oportunidad en décadas debido a la soberbia e ineptitud a la que fue arrastrada por una bandada de charlatanes vociferantes empujados por discípulos de Marx y Maquiavelo, avalados por un grupo de académicos extraterrestres que se empecinaron en elaborar una Constitución destinada a regir un país imaginario, en un espacio-tiempo inexistente de una galaxia oscura, no descubierta. 

Ante la carencia de líderes auténticos comenzaron a proliferar los brujos tribales como caracoles bajo la sombra protectora de una academia de izquierda, oscura y arrogante que continúa negándose al repliegue.

Así se llegó al reciente desenlace del domingo 7 de mayo, a un resultado que es producto de lo expuesto y de la creciente polarización social entrelazada con pedazos de fragmentación, resentimiento y frustración. El alto número de sufragios nulos y blancos es la muestra de un robusto desencanto ciudadano. 

El proceso no ha terminado

De aquí al 17 de diciembre habrá siete meses para concebir y parir una nueva criatura que podría nacer con dificultad, para no usar otras expresiones. Es un período en el que veremos desplegarse a nostálgicos del pasado denso de hace cincuenta años, a radicales partidarios de atizar la hoguera del odio, a genuflexos favorables a ceder espacios de transacción para gozar de privilegios, a utópicos intransigentes, a falsos libertarios y demócratas extraviados, a intelectuales traficantes de ideas añejas. Veremos ejemplares de variada naturaleza recurriendo a todo tipo de malabares. 

El tiempo que vendrá será propicio para hipnotizar a necios e inocentes. Los motivos para distraer al respetable público variarán desde reflotar la figura de Salvador Allende, personaje espejo en el que un sector importante de la izquierda chilena contemporánea ha querido reflejar la fetidez de su contenido aventurero, hasta la utilización distractora de los próximos Juegos Panamericanos. Todo vale y valdrá.

Presagio de nubarrones 

El historiador marxista Gabriel Salazar ha proclamado que “cualquier nueva explosión de la calle puede volver a ser un 18 de octubre, o una huelga nacional. Puede pasar cualquier cosa” (entrevista en La Tercera, 18 de enero de 2023).

La duda legítima que nos inquieta es: ¿estamos ante un simple vaticinio o es acaso la expresión de un deseo auténtico? Para ser precisos señalemos que ese recordado viernes 18 de octubre de 2019 se inició una revuelta planificada; no fue un mero estallido espontáneo. El jerarca comunista Manuel Riesco lo calificó de ‘insurrección social’ (en carta a El Mercurio). ¿Es eso lo que vaticina Salazar?

¿Habrá un tercer pie de cueca larga?

¿Qué posibilidades hay de que esta segunda fase cierre de modo que el sistema democrático representativo se consolide en un nuevo orden político-social más humano y avance hacia una gobernabilidad participativa, más integradora y eficaz? ¿Qué ocurriría si el nuevo proyecto de Constitución fuera rechazado en diciembre? ¿Se convocará a un tercer proceso constituyente? ¿No será mucho, Lucho?.

¿Estará dispuesta la ciudadanía a seguir soportando más castigo y daño a la salud del cuerpo social que el ya causado? ¿Habrá condiciones para una tregua política que permita la paz que se anhela? ¿Seguiremos atascados en un juego para niños, como el presidente Boric? ¿Se abrirá otra ventana para los ultristas que esperan agazapados en sus guaridas?

Hasta ahora lamentablemente no se divisa claridad en medio de una atmósfera enrarecida por temores, afanes generadores de confusión y presagios pesimistas.

Jorge Varela
09 de mayo del 2023

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