Guillermo Vidalón
ARTICULAR LA RECONSTRUCCIÓN
Proyectos de infraestructura sostenibles
El Fenómeno de El Niño Costero representa una amenaza para el país; pero también, y por sobre todo, una oportunidad para empezar un trabajo responsable de construcción de sistemas de prevención para evitar que la naturaleza vuelva a ocasionar pérdida de vidas humanas y daños a la infraestructura pública y privada. Otro desafío que se nos presenta es la articulación de las obras de infraestructura para aminorar costos y producir sinergias entre ellas. En Lima, los desbordes del río Rímac se produjeron por la gran cantidad de agua (metros cúbicos por segundo) que discurrió por su cauce. Este cauce estrecho elevó las aguas e incrementó la velocidad de desplazamiento, lo que hizo que el agua arrase con todo lo que encontró a su paso.
¿Qué se debe hacer? Obviamente, respetar el cauce natural del río, trasladar a la población ubicada en el cauce o en zonas de alto riesgo, construir defensas ribereñas con niveles de protección superiores al aforo de agua alcanzado en el verano pasado. En ese sentido, construir un enrocado a lo largo de la ribera del río es una de las soluciones planteadas. Al respecto, la pregunta que sigue es ¿de qué cantera obtendremos grandes rocas? Una opción son los cerros de la cordillera, cuya conformación principal es rocosa. Además, para aminorar costos habría que obtener rocas de cada lado del río.
Cuando pedimos articular la reconstrucción y las de obras de prevención, nos referimos a que existen proyectos sostenibles, como el túnel de treinta kilómetros para el tren central, que se ubicaría a la margen izquierda del río (si seguimos el curso de las aguas). ¿Acaso allí no tendríamos una cantera de donde obtener las rocas que se extraigan durante la construcción del túnel? Otra propuesta podría ser un túnel más amplio, que albergue a la carretera central, además del tren.
Por otro lado, tenemos la propuesta elaborada por el Ing. Delgado Sayán, que consiste en captar el agua que utilizan las generadoras de energía ubicadas en la margen derecha del río para derivarla directamente a la planta de potabilización de la Atarjea, mejorando sustancialmente la calidad de agua que se trata en dicha planta. La obra consiste en la construcción de un túnel que, empleando un diseño de sifón invertido, además hará posible que la caída del agua genere 60 megawatts, que serían incorporados al sistema interconectado nacional. En este caso, también tendríamos una cantera en la otra margen del río, que podría ser empleada en la construcción de la defensa ribereña.
Es decir, dos túneles que reducirían el tiempo de traslado de un punto a otro, que disminuirían el riesgo de accidentes fatales, y que en adelante garantizarían que los viajeros hacia el centro y desde el centro del país no se quedan varados, sea por deslizamiento de tierras, huaicos, heladas u otros.
Guillermo Vidalón del Pino
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