La censura del ministro de Energía y Minas, Rómu...
En una parodia de la revolución de octubre, los comunistas peruanos, a través del Gobierno de Pedro Castillo, acaban de presentar un proyecto de ley para convocar a elecciones de una Asamblea Constituyente durante los próximos comicios subnacionales.
Al margen de que la propuesta de convocar elecciones para una constituyente sea inconstitucional e inviable y, más allá de que el Gobierno de Pedro Castillo, de Perú Libre y el Movadef agonice en medio del abrumador rechazo popular, y más allá también de que no tengan mayoría en el Congreso, la propuesta sorprende por lo audaz y delirante.
A nuestro entender, Pedro Castillo ha decidido ir a una batalla final en la que no tienen la menor posibilidad de ganar, en medio de un frenazo económico nacional sin precedentes, el desplome general del Estado y la destrucción de todos los activos institucionales, políticos y económicos construidos en las últimas décadas. En los próximos días las movilizaciones de rechazo contra esta absurda iniciativa se multiplicarán y la reacción en el Congreso demorará, pero de todas maneras llegará.
La iniciativa del Ejecutivo propone que se reforme la Constitución Política para elaborar y aprobar un proyecto de “nueva Constitución a cargo de una Asamblea Constituyente elegida por el pueblo, cuya propuesta de texto constitucional sea sometido a referéndum popular ratificatorio”.
Según la propuesta, la iniciativa de convocatoria a elecciones para una Asamblea Constituyente corresponde al presidente de la República con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros, por la solicitud de dos tercios del número legal de congresistas o por un número de ciudadanos equivalente al 0.3% de la población electoral.
Entre las disposiciones transitorias especiales del proyecto de asamblea constituyente se propone un sistema de república soviética: un total de 130 asambleístas de “carácter popular, plurinacional y con equidad de género”. Pero eso no es todo. El sistema soviético corporativo –también de la tradición nazifacista– propone un 40% de representación para “las organizaciones políticas”, el 30% de “candidatos o candidatas independientes”, el 26% por representantes de los pueblos indígenas y el 4% de los pueblos afroperuanos. Así, los llamados “pueblos indígenas y afroperuanos”, conformarían jurisdicciones especiales.
En otras palabras, la propuesta de constituyente elimina de un plumazo la democracia liberal-representativa, integrada sobre la base de un ciudadano un voto. Partiendo de las entelequias de los pueblos originarios y ahora también pueblos afroamericanos, la propuesta del Ejecutivo quiere representaciones especiales al margen del voto popular.
Una de las preguntas que emerge es ¿qué ha sucedido con Pedro Castillo, Perú Libre y el Movadef, para lanzarse a formular esta propuesta desesperada y agónica, que reclama todo el poder para los colectivistas? Considerando las viejas tradiciones bolcheviques, los estrategas cubanos y bolivarianos, a nuestro entender, estarían evaluando la posibilidad del contragolpe revolucionario. Hay delirios en desarrollo, y algunos quieren ver a Castillo como un Kerenski y a Perú Libre como la fracción bolchevique.
En otras palabras, los mandamases cubanos detrás del gobierno de Castillo habrían llegado a la conclusión de que es imposible que Castillo se mantenga en el poder luego del desastre y destrucción nacional causado en apenas nueve meses de gestión.
Ante el evidente desmoronamiento del Ejecutivo, la propuesta de la constituyente buscaría construir un escenario en que se organice un relato o una narrativa que señale que el hundimiento nacional se explica por la conspiración de la derecha, los monopolios y la burguesía especuladora; y sobre todo, por la Constitución de 1993, que impedía los cambios revolucionarios.
Sin embargo, la fábula comunista de la constituyente, que busca organizar el repliegue del radicalismo y un eventual contragolpe revolucionario, es demasiado absurda para la población peruana. No hay relato ni cuento válido para explicar el frenazo económico luego de tres décadas de sostenido crecimiento y proceso de reducción de pobreza. Imposible fabular sobre uno de los mayores desastres de las últimas décadas, construido por la suma de todas las incapacidades y el predominio de una lectura elemental de los textos comunistas.
COMENTARIOS