La censura del ministro de Energía y Minas, Rómu...
La empresa Southern Perú proseguirá con el proyecto de cobre Tía María en Arequipa, con una inversión de US$ 1,400 millones, para producir 120,000 toneladas anuales de cobre en una época en que el precio del metal rojo está en alza, y no obstante las estrategias de los sectores antimineros para bloquear la mencionada iniciativa. Con ese objetivo la compañía está desarrollando una intensa ofensiva social para ganar la voluntad de los pobladores y para dejar en claro que el proyecto minero se construirá en absoluta armonía con medio ambiente. En ese contexto, Raúl Jacob Ruisánchez, responsable de Relaciones Sociales del proyecto minero, acaba de señalar que la empresa desarrollará los estudios de los hospitales de Cocachacra en Islay y Alto Inclán en Mollendo, que luego serán entregados al Gobierno Regional.
Como parte de su ofensiva social, la empresa también desarrollará los estudios de la planta de agua potable y tratamiento de aguas servidas para toda la provincia de Islay. Igualmente se realizarán convenios con los comités locales de administración de salud (CLAS) para proveerlos de médicos, se impulsará la mejora de los cultivos de arroz mediante el Sistema Innovado de Cultivos de Arroz (SICA) y también se apoyará diversas medidas y reformas en cuanto a educación. Como se aprecia Tía María está ejecutando un agresivo plan social para garantizar que el emprendimiento minero llegue a buen puerto. Pero eso no es todo. Se calcula que Tía María permitirá que Arequipa reciba en canon, sobrecanon y regalías un monto de aproximadamente S/ 273 millones.
Como se recuerda Tía María se paralizó en el 2015 por una ofensiva antiminera en base a leyendas y mitos. La mentira con respecto al Estudio de Impacto Ambiental atemorizó a los ciudadanos. Por ejemplo se difundió que el polvo proveniente del tajo abierto contaminaría los cultivos y afectaría a la agricultura del valle de Tambo. Una mentira de cabo a rabo, porque se tiene planeado que las voladuras se realizarán a mediodía, cuando los vientos soplan de sur a norte. Es decir, el valle estará libre de cualquier partícula porque el viento sopla hacia el norte, donde no hay actividades agrarias, y no hacia el valle.
Es incuestionable que la oposición antiminera a la ejecución del proyecto proseguirá. Por ejemplo, algunos dirigentes antisistema de valle de Tambo reaccionaron con virulencia frente a las declaraciones de la gobernadora regional, Yamila Osorio, quien, en la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE 2017), reconoció los esfuerzos sociales que desarrolla la empresa Southern para sacar adelante a Tía María. Igualmente acusan a la gobernadora de respaldar a la empresa y ponerse en contra de la población.
En este escenario, Southern Perú ha manifestado que espera conseguir la licencia de construcción en el primer trimestre del próximo año para empezar a ejecutar el proyecto. Sin embargo las elecciones regionales pueden convertirse en un escenario adverso para las estrategias sociales de la empresa, habida cuenta de que los antimineros suelen radicalizarse y acentuar los discursos demagógicos.
En todo caso, por el bien del Perú resulta fundamental que se relance la inversión minera en el 2018. Sobre todo en momentos en que el cobre trepa en los mercados mundiales, y las cifras nos indican que para seguir creciendo y continuar reduciendo pobreza necesitamos relanzar los emprendimientos mineros. La ejecución de Tía María podría ser un punto de inflexión.
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