Las bombas de Susana

Las increíbles cifras que nos deja la cuestionada gestión de la alcaldesa Villarán               

A dos semanas se iniciarse la tercera gestión municipal del alcalde Luis Castañeda Lossio, ha trascendido que la administración saliente de Susana Villarán estaría por cambiar la zonificación de Lima Metropolitana. Considerando que la zonificación establece las áreas residenciales, comerciales, parques, áreas vredes y otros, la voluntad villanarista plantea serias interrogantes sobre transparencia. ¿Por qué no se hizo antes y mediante un gran debate con los vecinos? En la medida que, en la metrópoli, se mueven millones de dólares de inversiones inmobiliarias, un cambio de zonificación entre gallos y medianoche, de espaldas a los limeños, es una verdadera bomba contra la ciudad.

Pero eso no es todo. Las cuentas ediles que nos deja la administración saliente, son tan desastrosas que podría afirmarse que un huracán virtual ha pasado sobre el municipio limeño y arrasado a su paso con los recursos económicos de esa institución.

La figura del huracán no es retórica, está sustentada en cifras duras y crudas que han trascendido desde una fuente muy seria y confiable cercana a la Comisión de Transferencia. Veamos lo que dicen los números: La cartera pesada (deuda difícil de recuperar) de la Municipalidad creció durante la gestión Villarán de S/.600 millones a S/.1,500 millones, o sea más del doble.

Algo más: el gasto corriente (planillas), también se ha duplicado al pasar de S/.23 millones en el 2010 a S/. 42 millones en el 2014. La señora Villarán De la Puente encontró un municipio con 3,800 trabajadores; y ahora se va dejándonos una burocracia de 6,500 trabajadores.

Pero tal vez lo más llamativo es el incremento de las gastos en bienes y servicios, que se han disparado de manera sorprendente: El 2010, cuando inició su gobierno dicho rubro llegó a los S/.13.8 millones, después, en los dos años siguientes aumentó a S/.34 millones; y finalmente en este año trepó hasta ¡S/.61 millones!.

Vistas las cifras, la pregunta emerge por su propio peso: ¿Cómo se explica un incremento tan alto del gasto municipal cuando en la ciudad NO se ve obras importantes o mejoras sustanciales en los servicios municipales? Creemos que la señora alcaldesa tendría que explicarle a los limeños esta clamorosa incoherencia entre lo que ha hecho y lo que ha gastado.

Porque , como se sabe, la mayoría de las obras que Villarán se comprometió a ejecutar en su tercer año de gobierno -tras perder los dos primeros persiguiendo a su antecesor y haciendo política- se quedaron truncas o están aparentemente abandonadas, por ejemplo el túnel Santa Rosa, el puente Bella Unión, la playa Barlovento, el malecón La Herradura, la Costa Verde. Además de los 206 muros de contención y 376 escaleras que prometió construir en los cerros poblados falta terminar 56 muros y 131 escaleras; es decir que ni siquiera pudo cumplir con las obras más sencillos.

Así es como recibirá las cuentas municipales el alcalde Castañeda, el próximo 1 de enero. A todo ello hay que agregar otros problemas como la pérdida de un arbitraje por S/.100 millones con el concesionario del túnel Santa Rosa, la merma en la calidad de los servicios del Metropolitano, la pésima implementación de la reforma del transporte urbano y los contratos poco claros en la concesión de los peajes de Lima. Es decir, un paquete de bombas activadas.

Nadie se alegra del fracaso de la alcaldesa Villarán, porque el único perjudicado de ello ha sido el pueblo de Lima, que ha perdido recursos y tiempo valiosos en los que pudo avanzar y mejorar su calidad de vida.

De nada vale lamentarse a estas alturas de una mala elección porque, al fin y al cabo, nosotros la elegimos con nuestros votos. Que esta experiencia nos sirva para reflexionar y aprender. Confiemos ahora en que la experiencia y capacidad demostrada de Luis Castañeda corregirá los errores y esclarecerá lo que esté turbio.

18 - dic - 2014