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¿Qué esperamos para abrir las empresas pública de agua a la inversión privada?
En medio de la vorágine de denuncias de presunta corrupción política, ha pasado casi desapercibida una noticia muy importante: Proinversión y el Ministerio de Vivienda han adjudicado un contrato que permitirá modernizar las redes de agua potable y desagüe de ocho distritos de Lima Sur y también la gestión de los mismos. Pero lo más trascendente en este caso es que al parecer en ese ministerio hay una clara decisión política de hacer eficientes las empresas públicas de agua potable abriéndolas a la inversión privada y de iniciar así una reforma indispensable.
El desafío es mayor, pues se trata de dejar atrás décadas de ineficiencia en un conjunto de empresas estatales que, debido a su incapacidad gerencial, han privado -y siguen privando- a millones de peruanos, la mayoría pobres, de acceder a un servicio público tan fundamental para la salud.
La Encuesta Nacional de Hogares del INEI así lo confirma con cifras dramáticas: el 24% de los hogares peruanos no tiene acceso a las redes públicas de agua y desagüe (47% en las zonas rurales), el 50% del agua se pierde por filtraciones en las tuberías, fugas de agua en los hogares conectados y conexiones clandestinas. Además, el agua que pagan los hogares sin conexión casi siempre está contaminada por falta de higiene en los camiones cisternas proveedores.
Más cifras reveladoras: 30% de las conexiones en Lima NO tiene medidor y por eso Sedapal cobra por lo general menos de lo que se consume. En la mayoría de estos casos los usuarios pagan entre 20 y 40 soles al mes (por eso no les preocupa las fugas), mientras que una familia que compra agua en cilindro gasta 60 soles al mes.
Estamos ante un problema de deterioro o falta de infraestructura, facturación y control deficientes y falta de mantenimiento, que se resume en dos palabras: Mala gestión. Así lo ha entendido el ministro Milton Von Hesse y por ello se ha contratado los servicios de la empresa española Acciona Agua, que invertirá 58 millones de soles en sustituir 61 km. de tuberías de agua y alcantarillado y 17,300 conexiones domiciliarias y en brindar servicios de mantenimiento de válvulas, grifos anti-incendio y macromedidores. Creemos que el ministro debiera ir un poco más allá y darle a esa empresa la gestión de los servicios en los distritos del sur de la capital, para garantizar la eficiencia.
Se trata de un problema presente en mayor escala en el interior del país. Por ejemplo, en Huancavelica el 63% de las viviendas no tiene conexiones de agua potable; y en Huánuco y Loreto el 62%. Igual ocurre con el saneamiento: en Huacavelica el 82% carecen de ese servicio, en Cajamarca el 70% y en Apurimac el 69%. De esta realidad es consciente el ministro Von Hesse, y está tratando de hacérselo entender a los gobiernos regionales y municipales que administran las empresas públicas de agua.
Hace unos días, Von Hesse declaró en Trujillo que la emergencia que sufrió esa ciudad -el 60% se quedó sin agua al romperse una tubería- fue una demostración más de que el sistema de empresas públicas de servicios de saneamiento (EPS) ha colapsado y que es necesario cambiar y modernizar la gestión de ese servicio.
“Se necesita un cambio en el esquema de gestión que sea viable. Si no es posible hacer inversión para solucionar este tipo de problemas menos podrán dar más servicios cuando aumente la demanda”, dijo el ministro.
En vista que hay una fuerte resistencia a privatizar esas empresas estatales, una buena alternativa sería preserva la propiedad pública pero encargarle la gestión a inversionistas privados con amplia experiencia y capacidad en el rubro, como se ha hecho en Cuba hace varios años (algo que no comentan nuestros estatistas). Sería tomar un camino diferente pero efectivo para acabar con el estatus quo estatista que impide que millones de peruanos pobres tengan acceso al agua potable. Sería una reforma que debiéramos apoyar todos los peruanos.
04 - Feb - 2015
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