La amenaza del minifundio en Majes Siguas II

Las exportaciones agrícolas peruanas han sumado US$ 6,647 millones en el 2018, y diversos observadores sostienen que los envíos al exterior en el 2021 podrían duplicar ese monto. Son cifras que demuestran el enorme potencial de esta actividad para generar divisas y transformarse en un sector de diversificación de la economía y generación de empleo. Sin embargo, las izquierdas y los sectores anti inversión no descansan en su afán de detener la afluencia de capitales a la agricultura.

Por ejemplo, Elmer Cáceres, gobernador de Arequipa, propone que en el proyecto Majes -Siguas II solo se vendan lotes entre 5 y 20 hectáreas como máximo, no obstante que el diseño del proyecto prevé la agricultura en gran escala a través de predios entre 300 y 500 hectáreas. Para la autoridad izquierdista el proyecto agrícola e hidráulico más grande del sur debe basarse en la idea del minifundio, que en el país solo ha creado una agricultura de subsistencia. En otras palabras, Cáceres le está negando al sur la agroindustria de exportación que explica la prosperidad y la reducción de pobreza en el norte del país. A Cáceres no le interesan los terribles resultados del minifundio en Majes I, que han originado una agricultura de subsistencia, excesivo consumo y desperdicio de agua, baja productividad y vulnerabilidad financiera y ambiental.

Según el Banco Mundial (BM), entre 2007 y 2015 la productividad de la agricultura en la costa peruana se elevó en 7.2%, mientras que en la sierra cayó en 0.2% y en la selva apenas creció 0.2%. Como todos sabemos, los avances en la agricultura costeña se explican principalmente por las inversiones de la agroindustria del norte y los éxitos de Ica. En la selva y en la sierra continúa la tradicional agricultura minifundista. De acuerdo a la encuesta agraria realizada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el minifundio crece en la sierra y selva peruanas. El 80% de las parcelas son menores a cinco hectáreas. ¿Se quiere lo mismo para la agricultura costeña del sur?

Para la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (Comex) y para todos los gremios relacionados con el sector agrícola en el país, la reducción de las parcelas en Majes II, de 5 y 20 hectáreas que propone el gobernador Cáceres, alteraría la concepción inicial del proyecto. La modificación perjudicaría de sobremanera el desarrollo económico y social del sur.

La gran agricultura nacional, que ofrece exitosos resultados desde hace 18 años, está amenazada por el socialismo del siglo XXI. En el Congreso de la República todavía no hay una decisión sobre la ampliación de la vigencia de la Ley de Promoción Agraria (Ley Nº 27360) que vence el 31 de diciembre de 2021. Lo recomendable es extenderla por 30 años más, porque el sector agroexportador es dinámico. Constantemente nuevos campos de cultivo son integrados y nuevas inversiones en proyectos hídricos permitirán ampliar el horizonte exportador. Sin embargo, el prurito sobre los “derechos ganados por los trabajadores” está deteniendo la ampliación de la mencionada Ley que, en 18 años, ha incrementado las exportaciones en 800%.

¿Cómo, pues, entender la propuesta del minifundio que propone Cáceres para Majes? La única explicación posible es una visión ideológica colectivista que nubla el análisis de la realidad y los resultados de la agricultura nacional en las últimas dos décadas. Las cifras son contundentes e incontrastables. Una nota informativa de la Asociación de Exportadores del Perú (Adex), señala que, en 2018, el sector agroexportador contrató a 151,238 más trabajadores que en el 2017. Ica, Trujillo, Piura, Lambayeque y La Libertad tienen impresionantes indicadores económicos y sociales. La pobreza en la costa agroexportadora se redujo, entre el 2004 y 2017, de 67% a 19%; y los sueldos de los trabajadores, en promedio son de S/ 1,400. Al gobernador Cáceres no le importan las cifras ni las matemáticas.