La peligrosa ampliación del Registro Informal de Formalizaci&oa...
En momentos en que el precio de cobre despunta, Southern Perú espera que el proyecto Tía María —ubicado en la región Arequipa— pueda obtener la licencia de construcción el primer trimestre del año 2018. Como sabemos, el proyecto de US$ 1,400 millones y que producirá 120,000 toneladas anuales de cobre, fue detenido el año 2015 por violentas protestas dirigidas por los antimineros que, como siempre, desarrollan absurdos mitos y leyendas sobre problemas ambientales.
Al respecto vale recordar algunas cosas. El proyecto Tía María consta de dos yacimientos —La Tapada (a 2.5 km de distancia de los poblados del valle de Tambo) y Tía María (a 6.5 km)— y una planta de lixiviación (a 11.0 km). Es importante anotar que todas las operaciones del proyecto se encuentran ubicadas al norte del valle de Tambo. Asimismo, que para la producción de cobre no serán necesarios los procesos químicos y metalúrgicos que se contemplan en las plantas concentradoras, sino que se desarrollará por oxidación y lixiviación, consideradas en el mundo actual como “tecnología moderna, limpia y amigable con el medio ambiente”.
Los antimineros entonces mienten adrede. Se ha informado a los pobladores del valle de Tambo que el polvo proveniente del tajo abierto contaminará sus cultivos. En las operaciones mineras —que se ubican al norte de los poblados— se tiene planeado que la hora de voladura será a mediodía, en el momento en que los vientos soplan de sur a norte. Es decir, el valle de agricultores estará libre cualquier partícula porque el viento sopla hacia el norte, donde no hay actividades agrarias, y no hacia el valle. Tampoco se ha informado que el tajo, donde se realizarán las voladuras, tendrá 150 m de profundidad al inicio de las operaciones. Vale anotar también que el yacimiento La Tapada está por sobre 350 metros sobre el nivel del mar (msnm) y Tía María sobre los 700 m.s.n.m. En otras palabras, ambos tajos estarán por encima de Cocachacra y el valle de Tambo, ubicados a 100 m.s.n.m.
El proceso de oxidación y lixiviación —que se utilizará en el proyecto Tía María— consiste en depositar el mineral previamente chancado en una planta convenientemente permeabilizada con geomembranas y sensores dispuestos para evitar la mínima filtración de las soluciones utilizadas. Los antimineros les han dicho a los agricultores que la solución de ácido sulfúrico con agua que se usará para oxidar el mineral alcanzará el subsuelo y que de allí llegará a sus cultivos y, también que habrá lluvia ácida. Tremendas mentiras. No dicen que el regado de los minerales chancados será por goteo en una planta de lixiviación totalmente impermeabilizada, y que el ácido sulfúrico es similar a una fórmula de agua con limón. Vale anotar que la planta de lixiviación se encuentra a 1,050 m.s.n.m. y a 11.0 km de los poblados y del valle de Tambo.
Los antimineros se han constituido como los principales enemigos del agua. Lo han demostrado en Cajamarca, donde se oponen a la construcción de reservorios útiles para la agricultura y ganadería, y a pesar de que la minería solo usa el 1% de los recursos hídricos disponibles. En el proyecto Tía María se utilizará agua desalinizada proveniente del mar; es decir, que no se usará una sola gota del río Tambo, del valle de Cocachacra.
La arremetida ideológica antisistema detiene el bienestar y el progreso de los pueblos pobres. Perú es un país de tradición minera que ha demostrado largamente que la ganadería y la agricultura pueden convivir con las actividades extractivas gracias a tecnologías como la de oxidación y lixiviación, que no producen relaves, humos ni polvo.
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