Dardo López-Dolz
Un gobierno “no-contactado”
El aislamiento político voluntario del gobierno nacionalista y la inseguridad
¿Se imaginan lo difícil que debe ser para alguien en otro país, imaginar las consecuencias de ser gobernados por un presidente no contactado, en aislamiento voluntario?
Aunque las semejanzas en el comportamiento podrían llamar a confusión, no me refiero a un integrante de los Mashcopiros, tribu itinerante que supuestamente ha decidido seguir viviendo en la edad de piedra, reclamando y ejerciendo sin sanción el ¨derecho¨ a llevarse lo que no es suyo, desconfiar y atacar a los que no compartan su idea del mundo como si fuese todo su chacra.
Me refiero a la rigurosa política de aislamiento ordenada desde la residencia real de Nunca Jamás, por la cual todo funcionario público de importancia tiene absolutamente prohibido reunirse con empresarios, considerados por los protagonistas del descalabro como ambiciosos enemigos del Estado, réplicas del capitán garfio, para mantener la coherencia de nombres del cuento sobre el niño que no quería crecer. Así, concentrado en el propio ombligo, sin acceso a información de fuente distinta a la de los ayayeros, retroalimenta su ya escaso entendimiento de la economía y la política, ha contagiado a muchos de sus ministros que repiten el surrealista discurso, atribuyen la disminución de la inversión a la incertidumbre por el próximo gobierno, cuando la evidente causa real es la certeza de que nos quedan aún casi 12 meses de calvario.
La cantidad, el costo y la duración de trámites, licencias y permisos se ha incrementado hasta lo absurdo, pero el Presidente ha dicho que eso es ayudar a la inversión.
En materia de seguridad, no solo no hemos mejorado nada, sino que el problema no ha dejado de empeorar, señal claramente legible de que el diagnóstico y las recetas de salón no están atacando las causas de la infección.
Otorgar acceso ilimitado a la geo-localización celular a una policía visiblemente penetrada por la corrupción, limitada solo por el requisito de flagrancia, que ella misma decide, puede acabar simplificando el estudio de mercado de las bandas de delincuentes, además de alimentar el estilo castrista de investigar ilegal y aburridamente las finanzas y desplazamientos de la gente honesta que piensa distinto del gobernante, descuidando de paso su principal función contra el crimen. La idea podría funcionar bien, pero solo si se limita a una unidad especializada de la PNP, bajo control ajeno estricto y en trabajo coordinado con jueces y fiscales ad hoc 24 horas los 7 días de la semana.
Insistir en obligar a las operadoras a registrar biométricamente a los primeros compradores de un celular, es un esfuerzo tan estéril como anotar el número de serie y quien recibe un billete en un banco, pero además supone un desconocimiento de la realidad de nuestro país, en el que la electricidad y la comunicación en 3G no llega aún a muchas zonas alejadas y, sin 3G es imposible transferir la data.
Sigo esperando que el gobierno anuncie medidas para encarcelar a los delincuentes que mancillan su uniforme proveyendo armas y granadas a la delincuencia, no hacerlo arroja sospechas de complicidad. ¿Hay temor o es un malsano espíritu de cuerpo?
Por Dardo López-Dolz
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