Jose Azalde
¿Qué sucede en Guatemala?
Grave crisis política por la proclamación de Bernardo Arévalo como presidente electo
En los últimos días la política del país centroamericano recupera esa discusión decimonónica sobre los límites entre la realidad y lo fantástico. Y es que el realismo mágico aún no se fue del todo de la política, sobre todo en esa tierra fértil de elementos irreales que impregnan el más serio y sesudo análisis.
En ese sentido, asistimos una vez más a una versión tropical de las tensas relaciones entre la política y la realidad, en este caso y concretamente, en lo concerniente al sistema de justicia. Los comentaristas lo han denominado como “interferencia judicial en las elecciones”.
La problemática es compleja, pero considero importante resaltar los siguientes factores:
- La situación política en Guatemala cobró inusitada importancia para el mundo. Hasta hace unos años, lo que sucedía en los olvidados países centroamericanos era intrascendente frente a los desafíos de las grandes potencias cuya agenda dominaba la política internacional ¿Estamos asistiendo a la globalización de los problemas políticos nacionales? ¿incluso países de importancia pequeña o intermedia se vuelven relevantes en la nueva reconfiguración del mundo? En esa línea, se han presentado pronunciamientos de todos los colores: desde el Grupo de Puebla, OEA, pasando por la Unión Europea y Estados Unidos. Estos países y entidades alegan “ataques a la democracia”, “violación al sistema democrático” o “intento de golpe de estado”. Asumiendo una posición crítica, cuestionamos que muchos de estos países y entidades internacionales no presten igual preocupación por la situación de El Salvador de Bukele. Parece que existe un doble estándar en materia del derecho internacional de los derechos humanos.
- Arévalo llega con un discurso anticorrupción potente. Históricamente la corrupción es uno de los más graves problemas que asola países como Guatemala. Existe una narrativa que presenta como el mal mayor de los países centroamericanos su cercanía con Estados Unidos y su política desestabilizadora del “patio trasero”. Es interesante recordar que Bernardo Arévalo es hijo de Juan José Arévalo, primer presidente elegido democráticamente en el proceso que se denominó como la Revolución de Octubre (1944). Luego lo sucede Jacobo Árbenz, cuya posterior caída inicia el ciclo de intervenciones estadounidenses en América Latrina y que se encuentra retratada en una notable novela histórica de nuestro nobel peruano: “Tiempos recios” (2019).
- Los diversos actores han denominado estos hechos como “intento de golpe de Estado”. El no reconocimiento del resultado de las elecciones generales (anulación de las elecciones), la suspensión de la personería jurídica del partido Movimiento Semilla (irregularidades en las firmas para su constitución y presunto delito de lavado de dinero) y la incautación de las actas de las elecciones presidenciales (alegan que son nulas de pleno derecho ya que no fueron autorizadas).son los indicios que llevaría a sospechar que existe una conspiración contra la democracia guatemalteca mediante la confirmación judicial y política de un fraude perpetrado por Arévalo. No obstante, es necesario precisar que existe un reconocimiento del Tribunal Electoral de Arévalo como presidente constitucional.
La ejecución de la denominada cláusula democrática abre las puertas al realismo mágico en la política: Supuestas acciones antidemocráticas del Ministerio Público con una fiscal general (Consuelo Porras) en contubernio con dos fiscales cuestionados por los Estados Unidos (Karin Herrera y Rafael Curruchiche), una ex primera dama - candidata derrotada (Sandra Torres), cien diputados sancionados por el gobierno de Biden con el retiro de visado. A este combo debemos añadir los intereses geopolíticos (relacionados a la seguridad de la zona) en un momento en que el mapa latinoamericano se encuentra teñido de rojo. Parece que el espíritu de la ficción de otro nobel, Miguel Ángel Asturias, reaparece retratando la miseria humana cuando el poder se convierte en un cadalso de pasiones inferiores.
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