Manuel Gago
País de opas
Continúa estrategia de manipulación, susto y confusión
Como debía ser –y no en un acto de desprendimiento único–, el presidente de la República, Martín Vizcarra, convocó a Elecciones Generales 2021 para elegir presidente, vicepresidentes y congresistas para el periodo 2021-2026. Al respecto, el primer ministro, Vicente Zeballos, ha señalado la posibilidad de realizar las elecciones de abril próximo y en dos días, para evitar las aglomeraciones y la falta de distanciamientos físicos (para evitar el contagio de coronavirus). Contrariamente, para el ministro de Salud, Víctor Zamora, “los contagios por Covid-19 están descendiendo”. ¿A quién creer?
Vale señalar que, de acuerdo a un informe de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), “la cantidad de defunciones totales registradas son esperanzadoras. Mientras en abril se incrementaron en 31.72% respecto a marzo, y en mayo 93.58% respecto a abril; en junio solo se están incrementando 5% respecto a mayo. No obstante, los datos de junio podrían actualizarse”. ¿Cuál sería, entonces, la intención de realizar las elecciones en dos días? No se puede paralizar más tiempo al país. Además, ¿qué hacer con los resultados “a boca de urna” y oficiales del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) del primer día de elección? ¿Acaso Zeballos induce a la confusión y pánico de la población? ¿La pandemia será eterna por razones políticas, de control ciudadano y gasto fácil por parte del Estado? ¿Una manera de manipular la voluntad popular durante el proceso electoral?
Como si fuéramos un país de opas, la manipulación sobre el coronavirus y sus efectos no tiene límites. Las municipalidades llevan al extremo irracional los protocolos de bioseguridad. En lugar de advertencias por omisiones y descuidos subsanables, las autoridades clausuran locales comerciales afectando el retorno a la normalidad. Peor aún es el manoseo grosero de las normas, leyes y Constitución, que poco o nada conoce la población. Por ejemplo, es potestad del Congreso de la República elegir al Defensor del Pueblo (DP) y a los miembros del Tribunal Constitucional (TC). La inmunidad parlamentaria protege a los congresistas en sus funciones de legislar, representar y fiscalizar. Recordemos que los congresistas están expuestos a denuncias y procesos judiciales por parte de adversarios políticos y criminales. Y por el contrario, las probabilidades del DF y los miembros del TC de ser denunciados son bastantes menores. No obstante, satanizan la inmunidad de los congresistas y no la de los funcionarios públicos de alto nivel. Y la mayoría de la población cae en la trampa y se rasga las vestiduras sin entender por qué. País de opas.
Con Vizcarra, el marxismo y la izquierda pretenden controlar el país sin ser elegidos por voto popular. El plan de copamiento de las instituciones es un hecho, siendo evidente la judicialización de la política. Ayudan las denuncias de la gran prensa, basadas en presunciones y percepciones. Los fiscales Lava Jato pretenden hacer del Ministerio Público el bastión político contra sus opositores ideológicos. Está por los suelos el espíritu puro de la justicia y de los equilibrios de poderes de toda sociedad civilizada.
En este escenario de engaño y confusión, de un día para otro, la mayor parte de la población se olvidó de los 30,000 muertos (muchos de ellos por Covid-19), la falta de oxígeno en el sistema público de salud, sus empleos perdidos, los S/ 109,000 millones gastados mal contra el virus chino, el desplome de la economía, el asomo de la pobreza y el constante peligro que representan las fuerzas totalitarias para la libertad y democracia del país. Esa misma mayoría maleable olvida que votó por el actual Congreso. El mandatario moqueguano le hizo creer que el anterior Congreso –también por sus errores cometidos– se ganó el mote de obstruccionista y corrupto. ¿Y el de ahora?
Nuevos operativos de distracción poscoronavirus aparecerán con el fin de hacer recuperar la popularidad de Vizcarra, que va cuesta abajo debido a la ineficiencia de su gestión contra el virus chino. Enfrentar a la población contra el Congreso asegura puntos en las encuestas truchas. Fuerza Popular seguirá siendo señalada como si fuera mayoría parlamentaria y las decisiones fundamentales dependieran de sus votos.
De antemano sabemos por dónde irá el ánimo de la gran prensa frente a las próximas elecciones. Ya sabemos cuáles serán sus candidatos preferidos. Y también quiénes serán los apestados, los señalados para no votar por ellos, influyendo con descaro en la decisión de las masa manipulada. Por portadas y titulares, la gran prensa contribuye al posicionamiento del marxismo en el Estado peruano.
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