Jose Azalde
Las herejías de Milei
Los cinco grandes errores políticos del candidato Milei
Desde esta tribuna creemos que, a pesar de los errores que viene cometiendo, el candidato Milei aún conserva posibilidades de vencer al kirchnerismo. No obstante, a raíz de la primera vuelta electoral, muchos analistas (Lanata y Asís, por ejemplo) empezaron a marcar una distancia entre el peronismo de Massa (y el espacio K): como ministro de economía de una alianza compleja y contradictoria (Alberto Férnandez y CFK) que gobierna sumergida en serios dilemas macroeconómicos, su espacio de acción es limitado, situación que cambiaría si accede a la presidencia de la república legitimado y con capacidad de decisión.
Es decir, Massa representaría una opción distinta a los K dentro del mismo espacio peronista. Ello potencia su candidatura considerando los efectos nefastos de la grieta que abrió CFK en la política argentina: frente al estilo polarizador de la actual vicepresidenta, Massa aparece como el político concertador.
En este breve artículo pretendemos examinar cuáles fueron las herejías doctrinales y errores políticos que cometió el candidato Milei desde el inicio de la campaña, que lo llevaron a una situación crítica a semanas de la segunda vuelta:
- Alianza con los sectores revisionistas. Hay un claro viraje ideológico que va del original credo libertario a posiciones reaccionarias. Su cercanía “estratégica” con la Sra. Villarruel, “de impecable sonrisa y fina delicadeza”, empujó al inicial poliamoroso y tántrico economista a un grotesco travestismo: el nuevo Milei morigeró su radical agenda libertaria para acercarse oportunistamente a sectores que pretenden reescribir lo acontecido en la última dictadura militar, a la elaboración de un nuevo Nunca Más(*) de los militares, tema sensible que se mantiene como una herida que no termina de cicatrizar. No obstante, lanzo la pregunta que se debió plantear a la Sra. Villarruel: ¿cuántos militares se encuentran presos injustamente luego la dictadura de las juntas militares? Sabemos que el sistema de administración de justicia no es infalible, seguramente hay casos en los cuales se procesó mal a algún miembro de las fuerzas armadas, pero ¿es posible identificar estos casos? Lo que parece, de acuerdo con las declaraciones de Villarruel, es que bajo un ropaje “legal” se quiere reescribir un relato “político” de lo sucedido.
- El problema del libertarianismo. El discurso libertario no es el mismo que el discurso liberal. Es, para todos los efectos, una versión degenerada del liberalismo. En tal sentido, un representante icónico de esta tendencia como Rothbard recomendaba una alianza entre los libertarios con la derecha reaccionaria para proponer un populismo de derechas. El liberalismo (clásico) no elaboró una estrategia para la toma del poder, todo lo contrario: abogó por una contención frente al ejercicio desmesurado del poder mediante la creación de contrapesos y diques legales. Por eso Schmitt sostenía que no existe una política liberal, sino una crítica liberal a la política.
- La línea que divide a los libertarios y a la casta. Milei no es un político, y ello se evidencia en la falta de olfato para medir el timing electoral. Como lo hemos señalado en anteriores declaraciones, es necesario adecuar el discurso en los diferentes momentos de la campaña electoral. Hasta las PASO, el economista libertario mantuvo una magnífica performance, lo que le permitió ganar las mismas y erigirse en un potencial candidato para ganar las elecciones en primera vuelta o eventualmente encabezando el balotaje en la segunda vuelta. Estas semanas hemos constatado que Milei camina solo: sus candidatos a todos los espacios de elección popular (provincias, CABA, Provincia de Buenos Aires) no sumaron absolutamente nada. Milei fue la locomotora que les ayudó con su voto de arrastre. Reiteramos que, como elemento central para explicar el exiguo crecimiento del libertario, no hubo una “táctica” adecuación del discurso bajo la lógica de que la dinámica de las PASO (una suerte de elecciones internas dentro de los partidos o primarias) no es la misma que la elección general. Las sofisticadas explicaciones macroeconómicas del libertario no sedujeron al electorado. Massa, contrario sensu, focalizó su campaña en aspectos muy concretos de la vida cotidiana del elector. Del discurso agonal de las PASO, Milei debió mutar hacia una apertura moderada que acerque a ciertos sectores (potenciales aliados naturales por razones ideológicas o de intereses) con la finalidad de ampliar su base política. Pero, como se pudo observar, el economista decidió mantener el mismo discurso económico-esotérico “anticasta” que lo reducía a una suerte de ostracismo o marginalidad política.
- Ataque a los fundadores de la democracia argentina moderna. Milei es una máquina de generar enemigos innecesarios. ¿Debió atacar a Yrigoyen, referente principal de la Unión Cívica Radical, calificándolo peyorativamente de populista? ¿Debió atacar a Alfonsín solo por sus fracasos económicos soslayando su valiente defensa de la democracia ante distintos intentos de golpes de estado durante su gestión? Milei es un jacobino de set de televisión, pero muestra ignorancia o “pensamiento selectivo” cuando se trata de hechos históricos. Una cosa es opinar sin considerar el momento histórico concreto (¿Milei se hubiera enfrentado a los carapintadas como lo hizo Alfonsín?) y otra sacar de contexto la épica de figuras políticas importantes en la configuración de la democracia argentina moderna.
- El erizo y el zorro. Como sostenía Isaiah Berlin, al parecer existe una gran dicotomía entre los seres humanos: los que rigen su vida de acuerdo con un principio, el mismo que sirve para explicar la totalidad de la realidad; y aquellos que posee una perspectiva plural, múltiple, diversa. Mientras Milei se desgastaba explicando su visión lineal y dogmática de la economía (dolarización, reducción de ministerio, plan motosierra), Massa persuadía apuntando a las necesidades reales y urgentes de la población, respaldado en un inteligente distanciamiento de los postulados K. Para los erizos, solo existe el mismo discurso. No hay timing. No hay lectura de la balanza del poder o la correlación de fuerzas. Milei, en ese sentido, es un erizo. Massa, un habilidoso zorro. Milei es, como diría Maquiavelo, lo más parecido a Savonarola: un profeta sin armas.
* Nunca Más es un informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas que investigó los casos de desaparecidos, torturas, ejecuciones, etc., durante la dictadura militar que gobernó Argentina durante el periodo 1976 al 1983. Presidido por el escritor Ernesto Sábato, el informe fue entregado al entonces presidente Raúl Alfonsín.
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