Francisco de Pierola
La verdad como doctrina
En la batalla cultural contra el progresismo
Recientemente me suscribí a la academia virtual Peterson Academy, dirigida por el Dr. Jordan Peterson. Peterson ha sido perseguido en su original Canadá por negarse a bajar la cabeza ante la imposición ideológica del progresismo globalista, al punto en que ha sido desacreditado de su licenciatura como psiquiatra y fue sentenciado a capacitación obligatoria en redes sociales por el Colegio de Psicólogos de Ontario el año pasado.
A continuación, comparto un análisis de una de las tantas y variadas lecturas que ofrece este programa online. Esta lectura es una introducción a las enseñanzas de Platón y su incesante búsqueda de la verdad. Es la verdad, justamente, lo que no está primando más de 2300 años después. La búsqueda por la verdad, aunque incómoda, debe ser necesaria.
En la lectura ofrecida por el Dr. James Orr, se explora cómo Platón y su legado filosófico, desde la Grecia clásica, marcaron una búsqueda constante de la verdad fundamental. En contraste con el relativismo moderno, que tiende a difuminar la noción de una verdad objetiva, la obra platónica invita a una reflexión más profunda sobre la realidad y el conocimiento. Esta dedicación a la verdad ha sido un eje crucial en la historia del pensamiento occidental, algo que en la actualidad resulta cada vez más necesario.
Hoy, los medios de comunicación se han convertido en una herramienta poderosa para moldear la percepción pública, distorsionando a menudo los hechos con fines políticos. La verdad se manipula para servir agendas específicas, lo que lleva a la polarización y la confusión. Ante esta situación, los ciudadanos no solo deben recibir pasivamente la información, sino que tienen la responsabilidad activa de buscar la verdad, independientemente de si esta resulta popular o no.
En este contexto, las enseñanzas de figuras como Platón se vuelven vitales. La filosofía, como bien explica Orr, no busca simplemente adquirir conocimiento, sino poner ese conocimiento a prueba continuamente, a través de la crítica y la reflexión. Esto contrasta radicalmente con la superficialidad de los enfoques relativistas y postmodernistas, que evitan cualquier afirmación absoluta, dejando al individuo a la deriva en un mar de verdades parciales y subjetivas. Es ahí donde la verdad como eje fundamental puede ser un instrumento político para la derecha.
El ex candidato en las primarias republicanas, Vivek Ramaswami, en su libro Truths, destaca que la derecha política a menudo se define más por lo que rechaza que por lo que defiende. En un entorno donde lo "anti" parece dominar (anti-comunista, anti-progresista, anti-woke, anti-gran estado), Ramaswami sugiere que es necesario un caballo de batalla claro, un motivo por el cual luchar que sea constructivo, no solo reactivo. Esa causa podría ser precisamente la verdad.
Ramaswami plantea que luchar por la verdad es mucho más poderoso que simplemente oponerse a las ideologías dominantes. En una era donde los medios de comunicación manipulan la información y la izquierda ha sabido controlar el discurso público, la búsqueda de la verdad se convierte en un acto de resistencia. Defender una verdad objetiva frente a la narrativa relativista no solo es un reto político, sino también cultural y filosófico.
Platón, a través de su Apología y otras obras, nos enseña que la verdad no siempre es cómoda ni popular. Sócrates, el maestro de Platón, fue condenado por desafiar las normas establecidas y por invitar a la ciudadanía ateniense a cuestionar sus creencias. Hoy, muchos ciudadanos enfrentan una presión similar cuando intentan desafiar las narrativas impuestas por los medios o las élites culturales. El ejemplo de Peterson que mencioné al comienzo es uno de muchos.
La derecha política, tanto en Perú como en el mundo, no puede limitarse a ser una oposición al progresismo. Debe encontrar una causa unificadora, y la verdad podría ser ese estandarte. Como sostiene Ramaswami, no se trata solo de estar en contra de algo, sino de luchar por algo que trascienda las luchas coyunturales. Y en un mundo donde la verdad es cada vez más manipulada y distorsionada, defenderla se convierte en un acto revolucionario.
Los ciudadanos deben asumir la responsabilidad de buscar la verdad por sí mismos, apoyándose en fuentes confiables y en la filosofía como herramienta crítica. La batalla por la verdad no es nueva; Platón ya la luchó hace más de dos mil años, y hoy, más que nunca, es una lucha que sigue vigente. Como bien nos recuerda el Dr. Orr, debemos estar dispuestos a exponer nuestras creencias al escrutinio, porque solo a través de ese proceso llegaremos a comprender lo que es verdaderamente real.
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