Jorge Varela
La metapolítica en América Latina
Y sus precursores en Argentina y México
En Argentina el filósofo Alberto Buela fundó y dirigió Disenso (1994-1999), una revista que adoptó el subtítulo de ‘Metapolítica’, primera publicación iberoamericana de esta disciplina, de la que Buela ha sido el principal divulgador en nuestra América. Fruto de su trabajo es el libro Ensayos de disenso, prologado por el filósofo peruano Alberto Wagner de Reyna.
La propuesta de Alberto Buela
La disciplina propuesta tiene un doble objetivo: filosófico y político. “Puede utilizar con provecho el método fenomenológico-hermenéutico, pero por su carácter plurivalente está obligada a emitir juicios de valor y no solamente juicios descriptivos”. Al mismo tiempo, por su propia índole exige acceso a la acción política (Buela. Artículo “Qué es la metapolítica”, en Perfil.com. 11 de noviembre de 2021)
Buela, en tanto principal forjador de un grupo empeñado en construir metapolítica en lengua española –como disciplina bifronte–, fue además organizador de cuatro Encuentros Iberoamericanos de Metapolítica: Buenos Aires (1995), Viña del Mar (1996), Asunción (1997) y Cusco (1998).
Origen del concepto
La acepción original del concepto ‘metapolítica’, según Buela, tiene su antecedente más lejano en Max Scheler, y designa una actividad cultural que precede a la acción política. Más tarde llegarían otras interpretaciones; la primera, la del grupo cultural francés conocido como Nouvelle Droite, que ha querido desarrollar una metapolítica sin política. La segunda intenta la disección de las opiniones políticas preconcebidas por medio del análisis del lenguaje político, pero sin predicado de existencia; es decir, una filosofía sin metafísica (Manfred Riedel). Una tercera está dada por lo que se denomina ‘tradicionalismo’, corriente filosófica que se ocupa del estudio de un supuesto saber primordial común a todas las civilizaciones: la metapolítica como metafísica de la política (Silvano Panunzio en Italia, Primo Siena en Chile). Para esta interpretación la metapolítica es el fundamento último de la política y a la vez establece el paradigma en función del cual la política debería actuar.
Metapolítica y filosofía
Buela expresa que fue Gustavo Bueno, un filósofo materialista español, quien le dijo que tenía condiciones ideales para desarrollar trabajos de metapolítica, porque la metapolítica no es otra cosa que la metafísica de la política. Buela le contestó que no le gustaba eso, porque se puede vincular la política con la metafísica.
A su juicio, “la metafísica habla sobre lo necesario y la metapolítica habla sobre lo contingente porque la política es contingente, puede ser de una manera o de otra. Lo necesario puede ser de una sola manera. Prefiero definir la metapolítica como las grandes categorías que condicionan la acción política. Así encontré un texto de Max Scheler. Siempre hay que ir a los grandes, los clásicos no son otra cosa que autores antiguos que tienen respuestas contemporáneas. Es difícil equivocarse si se recurre a Max Scheler. Encontré una conferencia suya en la Escuela Superior de Guerra de Alemania del año 1927, un año antes de su muerte, sobre la etapa de la nivelación”. Allí dice: “esperemos que este curso que doy pueda con el tiempo reemplazar culturalmente a la caduca clase dirigente alemana, estaba toda la decadencia de la República de Weimar... y que podamos construir una alta política… Allí descubrí el fundamento” (Buela entrevistado por Jorge Fontevecchia. Perfil.com, 7 de noviembre de 2020).
“La metapolítica tiene un gran anclaje con la filosofía. Los juicios de la filosofía nunca se ven de forma inmediata. Siempre los vemos casi cien años después. Uno intenta hablar sobre lo necesario del mundo de la contingencia política, pero basado sobre elementos que perduren. Por eso no vemos los efectos inmediatos” (entrevista de Fontevecchia).
“El que hace metapolítica piensa que el statu quo es incorrecto, arbitrario o alienado. La metapolítica es eso. Me resisto a esta realidad que me parece que no es buena; ahí comienzo a filosofar. Y luego a actuar, obvio”.
Tarea de la metapolítica
La tarea de la metapolítica es “crear versiones diferentes; no verdades. Versiones diferentes a las que existen. No sé si más verdaderas. Eso hay que verlo actuando porque la verdad es lo que es más lo que puede ser”. Buela plantea moverse “en el terreno de la opinión, no en el terreno de la metafísica. El terreno de la opinión es afirmar o negar algo con miedo a equivocarse. Esa es la opinión. El disenso abre la posibilidad de otra alternativa”.
“La metapolítica –en su visión– investiga con arte, con creación, resolver problemas que no están en los manuales de filosofía política, que son los que presentan las grandes categorías de uso actuales, y concluye con la comprensión de la verdad de los problemas… En definitiva, la metapolítica así como no puede ser una metafísica de la política –error que cometió W. Dilthey–, tampoco puede ser una ética de la política. Tampoco es filosofía política que se ocupa de ‘lo político’, sino que es un ‘más allá’ que debe ser interpretado como ‘un más acá’ de la política” (Contrapunto Alberto Buela-Carlo Gambescia. Nomos.com.ar, 6 de septiembre de 2021).
En síntesis la metapolítica “es una disciplina que tiene una doble faz, es filosófica y política al mismo tiempo... en cuanto disciplina bivalente no es un pensamiento simplemente teorético sino que exige abrirse a la acción política como productora de sentido dentro del marco de pertenencia o ecúmene cultural donde se sitúa el metapolítico” (Ensayos de disenso. Buenos Aires, Ediciones Theoría, 2004)
Su extensión en México
En México la idea de Metapolítica nació también como revista, el año 1997, de un grupo de amigos interesados en la teoría política, la filosofía, la cultura y la historia. Según César Cansino, su director, ellos reconocieron un espacio que no estaba suficientemente ocupado por otras publicaciones. Sus integrantes, en su mayoría politólogos, concibieron la revista como un foro de reflexión y debate sobre los ‘principales temas y corrientes de la teoría y la ciencia política contemporáneas’. “Sin embargo –según confiesan–, conforme la revista evolucionó y maduró con el paso del tiempo, nos dimos cuenta de que, si queríamos ser consecuentes con nuestra propia maduración intelectual, teníamos que tomar cierta distancia crítica de la ciencia política” (Mónica Cruz. Metapolítica: un ejemplo a seguir. Foro interno, Madrid 2004)
Para Cansino, “la metapolítica tiene diversos significados dependiendo de los autores que la han desarrollado”: 1) como pospolítica es un dispositivo de análisis que debe dirigirse a datos oblicuos o áreas que se presentan como remotas o excéntricas respecto de las nomenclaturas tradicionales; 2) como metafísica busca limpiar a la propia teoría política de todas aquellas elaboraciones demasiado metafísicas que distantes de la realidad empírica, terminan siendo inútiles para comprender mejor lo político; 3) como macroteoría es la reconsideración de las grandes y profundas preguntas de las ciencias sociales (Skinner); 4) como debate público significa construir la política como espacio público, porque es discurso y acción (Arendt y Castoriadis); y finalmente, 5) como metateoría busca resaltar el estudio de la teoría política como una disciplina particular, considerando la gran diversidad de tradiciones teóricas y perspectivas de estudio.
César Cansino concluye que la ciencia política para revitalizarse, necesita ir más allá de la multidisciplinariedad y de la interdisciplinariedad, y adoptar la transdisciplinariedad que es un nivel superior de complementariedad con otras disciplinas de las ciencias sociales.
Por ello, “la ciencia política no solo debe acercarse de nuevo a la filosofía política, sino también aprovechar el potencial de la literatura para entender lo político” (Fernando Barrientos del Monte, “La ciencia política más viva que nunca”. Andamios. Revista de Investigación Social, agosto 2009).
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