Renato Estremadoyro
La gloria de los desconocidos
A propósito de la final de la Copa Sudamericana
El último sábado se llevó a cabo otra final inédita de la Copa Sudamericana, en la que se enfrentaron dos equipos que nunca habían ganado una copa internacional: Colón de Santa Fe (Argentina) e Independiente del Valle (Ecuador). El primero, fundado hace más de 100 años; mientras que el equipo ecuatoriano, fue fundado a fines de la década de los sesenta. El “Sabalero”, como es conocido el equipo argentino, dio la sorpresa al instalarse en la final, la primera de su historia, superando de forma agónica al Atlético Mineiro. Por su parte, “El matagigantes”, llegó a su segunda final de un certamen internacional venciendo claramente a equipos como Independiente de Argentina y Corinthians de Brasil.
Ambos equipos nos ofrecieron un espectáculo lleno de emociones, dejando todo en el campo de juego. Pero fue más claro el equipo ecuatoriano, el cual consiguió concretar la hazaña y hacerse de la Copa Sudamericana, luego de haber perdido la final de la Copa Libertadores en el año 2016. Considero que hay que rescatar la gran labor formativa que está realizando la institución ecuatoriana, que se ha constituido como una cantera para el fútbol del país del norte, brindando alimentación, vivienda y educación para que los futuros futbolistas tengan una sólida formación integral y solo se enfoquen en lograr sus metas deportivas.
La Copa Sudamericana es considerada el símil de la UEFA Europa League, en esta parte del mundo, debido a que es la segunda competición más importante de su confederación. Lo rescatable de estas contiendas es que reúnen a clubes que muchas veces no tienen el poderío económico, palmarés o historia de los que compiten en la Copa Libertadores o la UEFA Champions League. Es por ello, que, a lo largo de sus 18 ediciones, la Copa Sudamericana ha tenido de campeones a equipos como: Cienciano, Arsenal, Lanús, Santa Fe, Chapecoense e Independiente del Valle. Todos ellos tienen una característica en común: no eran conocidos a nivel internacional y no gozaban de grandes presupuestos o de plantillas millonarias. Lamentablemente, después de lograr alzarse con el trofeo, no pudieron continuar con proyectos a largo plazo e incluso tres de ellos descendieron. Ojalá que esto no suceda con el reciente campeón.
Pero en el Perú, no podemos ser mezquinos, Cienciano en el 2004 nos dio al país las dos únicas copas internacionales a nivel de clubes, y ante dos grandes de Argentina, como lo son River Plate y Boca Juniors. Es una buena noticia que “El papá” esté de vuelta en la primera división peruana, porque representa el resurgimiento de un equipo que nos enseñó que debemos ser perseverantes hasta lograr nuestros objetivos, a pesar de los obstáculos.
Cuando un equipo disputa una competencia internacional, las personas delbpaīs de ese equipo dejan de lado sus diferencias futbolísticas para hinchar por este, y se unen a alentarlo. Eso es lo bonito del fútbol.
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