Arturo Valverde

Herederos de bibliotecas

Herederos de bibliotecas
Arturo Valverde
10 de noviembre del 2016

Los peruanos y sus peculiares relaciones con los libros y la lectura

Leí hace poco que cerca de 80% de peruanos no visitaban bibliotecas. Creo que estoy dentro de ese promedio. En mi vida solo he visitado tres bibliotecas: La biblioteca del colegio, la biblioteca de la universidad y la Biblioteca Nacional. Antes de ingresar a la universidad ya había heredado tres bibliotecas: la biblioteca de mi abuelo, la biblioteca de mi padre y la biblioteca de mi tío. Por lo cual podría decir que nunca he tenido la necesidad ni me he visto en la obligación de visitar asiduamente las bibliotecas públicas.

Cuando por fin dejé la escuela de periodismo, que en el gobierno de Alan García pasaría a convertirse en la Universidad Jaime Bausate y Meza, estaba en camino de completar mi cuarta biblioteca. Aunque no lo crean, todavía pueden comprarse bibliotecas enteras en el Centro de Lima. Hace poco no más, me contaron que se había vendido parte de la biblioteca del familiar de una congresista del Frente Amplio. Y ese no es un caso extraño. Hay historias que cuentan que una vez que Luis Alberto Sánchez falleciera se empezaron a vender sus medallas en el Centro de Lima.

Otros prefieren esperar el momento en que algún ilustre caiga en desgracia o muera para ofrecer algunos miles de soles a cambio de las bibliotecas personales, que en la mayoría de casos son fruto de más de 50 años de esfuerzo. ¡Todo un tesoro! Así han ingresado a mi tres veces heredada biblioteca personal algunos volúmenes de las primeras ediciones de las obras de Manuel González Prada, incluso algunos libros autografiados, o esculturas que decoraban las bibliotecas de célebres y no tan célebres personajes.

Una encuesta nacional del Instituto de Opinión Pública de la PUCP, realizada el año 2015, indica que en su gran mayoría las bibliotecas de casa son pequeñas. Casi la mitad de encuestados solo tendrían diez libros; y un mínimo porcentaje —4.3%, de acuerdo a un artículo del diario Perú21, que da cuenta de este estudio—, tendrían más de cien libros. El estatus económico no hace diferencia. Tener más dinero no necesariamente significa que tengas más libros en casa. Tal vez un día nos decidamos a repensar los conceptos de riqueza y pobreza. De otro lado, como escritor de cuentos me alegra que entre los géneros literarios, el cuento se ubique en la segunda posición de lecturas preferidas por los peruanos.

Por todo esto, en estas últimas semanas decidí salir con mis libros a la calle. en la búsqueda de más lectores. Creo que al igual que un gran porcentaje de personas que no acuden a las bibliotecas, existe un buen número de personas a las que les gustaría leer; pero no saben qué leer, por dónde empezar, o no tienen tiempo para ir a una librería. Por eso, pienso que al ofrecerles un libro les estoy ahorrando algo de tiempo. Lo importante es leer más y revertir el promedio de tres libros al año que se calcula que leen los peruanos, cuando deberíamos leer tres libros al mes. Ese es mi sueño.

 

Arturo Valverde

 
Arturo Valverde
10 de noviembre del 2016

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