Alejandro Arestegui

¿Cuál es la disyuntiva liberal?

Los aportes de Scruton para la realidad peruana

¿Cuál es la disyuntiva liberal?
Alejandro Arestegui
20 de abril del 2023


Para responder esta pregunta es necesario realizar primero una introspección, un análisis personal, pues la libertad es algo tan personal, mental, eminentemente sagrado, que se vive siempre desde una perspectiva individual. 

Una cuestión muy diferente es la libertad para un grupo de personas, para una comunidad. A lo largo de los siglos numerosos intelectuales y estudiosos han tratado de definir la libertad; o más aún, han tratado de ubicar al liberalismo como el mejor sistema social, político y económico. Sin lugar a dudas, sus planteamientos y bases éticas son excelentes, llegando a refutar cualquier crítica en su contra y sobretodo demostrándose superior en la práctica cualquier otro sistema conocido por el hombre, sin embargo considero yo que hay ciertas acotaciones que tenemos que realizar para poder definir no solamente si somos liberales, sino también si el liberalismo es el mejor sistema para una comunidad armoniosa.

Desde los orígenes de la civilización siempre existido la inquietud acerca de la libertad, por lo que siempre han existido personas que defienden no solamente el desarrollo y bienestar de cada uno de los individuos que pertenecen a la comunidad, sino de permitir que estas en el tiempo; sin embargo creo yo que esta visión ha sido siempre contrastada y refutada por los defensores incondicionales del Leviatán, es decir, de un ente poderoso e invisible que monopoliza la fuerza bruta y el imperio de la ley so pretexto de buscar el orden y seguridad de la sociedad. Por lo que creo firmemente que un verdadero liberalismo se opone tenazmente a la propia existencia del Estado. No obstante, conforme se ha ido evolucionando y se ha llegado a un consenso sobre la definición del Estado de derecho y de un orden constitucional, pasándose una monarquía hacia una República con valores modernos, el liberalismo ha tratado de encontrar constantes mecanismos para evitar un poder desmedido por parte de los políticos.

Los políticos ahora son los hombres fuertes dentro del estado. Están inmersos en constantes luchas a través de los últimos tres siglos, esto ha llevado a muchos estudiosos a decir que estamos viviendo en un periodo de “democracia liberal”, sin embargo como expuse anteriormente, creo que estamos ante un enorme oxímoron, libertad y democracia no siempre son sinónimos, e incluso están lejos de ser similares, hablando de la dictadura de las mayorías, o peor aún, como una minoría intransigente puede imponer sus ideas y creencias ante una mayoría apática, indiferente y desorganizada, todo ello a expensas de la existencia y crecimiento progresivo del aparato estatal.

Muy aparte de los sistemas económicos y de cómo funciona la economía, un aspecto olvidado por muchos liberales es que tienden normalmente a despreocuparse debido a la “espontaneidad pragmática y libre desarrollo social”, lo que alguna vez Herbert Spencer expuso y que más recientemente pensadores como Giovanni Sartori han profundizado, el peligro de la ingeniería social; y es que unos cuantos líderes de opinión y políticos con grandes influencias están tratando de modificar no solamente las creencias, códigos morales y aspectos culturales importantes en occidente, sino que también están impulsando una agenda claramente antiliberal, es aquí donde entra una teoría política bastante reciente pero que nos puede ayudar en esta lucha cultural a los liberales: estoy hablando del conservadurismo.

Muy por el contrario de lo que se cree, el movimiento conservador es posterior al mismo liberalismo, y me atrevo a decir que los grandes pensadores políticos conservadores denotan una gran herencia y legado del liberalismo clásico y que nunca se han alejado del camino que pregonaban ellos, todo el contrario le han dado un giro de tuerca a la visión del mundo fortaleciendo una idea de libertad dentro de la comunidad así como la defensa de principios y valores que los dormiten disponer de una ciudadanía fuerte y decidida frente a un poder estatal, basta con leer a pensadores conservadores relativamente actuales como Oakeshott, Russell y Scruton para darnos cuenta que la lucha que ellos realizan no difiere de las que los liberales estamos realizando en nuestros días, si es que banales y fútiles debates dentro de las ideas liberales nos están preparando como incluso en fuertes peleas que parecieran irreconciliables.

Paralelamente a esto, el crecimiento de la demagogia desmedida y soberbia intelectual por parte de algunos liberales, los cuales en su afán de mantener un “purismo liberal”, comienzan a despotricar e insultar abiertamente otros liberales con posturas que ellos califican de retrógradas y conservadoras, sin darse cuenta que su soberbia los convierte en tontos útiles del progresismo, propio de una ideología totalitaria y posmoderna, que no es otra cosa que llenar de decadencia todo espacio que trata de invadir, ideología gramsciana que no tiene más de un siglo de antigüedad está proliferando como fuego en un pastizal, no es momento de detenernos con peleas bizantinas y debates nimios, es momento de unir fuerzas y definir al liberalismo como todo aquel que se opone a la corrupción estatal, uso desmedido de la fuerza y control sobre las propiedades y derechos fundamentales de los individuos, cualquiera que respete la primicia de la vida, libertad y propiedad privada, derechos fundamentales de inalienables puede ser considerado todo un auténtico liberal.

Aquí es donde entran los aportes de filosofía política de Roger Scruton, pensador inglés que hasta no mucho, tenía una visión interesantísima de la coyuntura mundial, con una perspicacia poco vista en la intelectualidad actual. En su libro “Las bondades del Pesimismo” (Fondo editorial FPP, Santiago de Chile, 2018), nos da luces acerca de cómo avanza nuestra sociedad, sobre cómo va el evolucionando desde un pasado tribal hacia un presente civil, cuestiones tan simples inherentes a cualquier sociedad del mundo, fenómenos que afectan la motivación humana, la conciencia la muerte, reconocimiento del otro, superación del miedo, actos de sacrificio personal, cuestiones que a pesar de nuestro importante factor racional, son inherentes a nuestro crecimiento, formación como seres racionales vinculados entre sí por la responsabilidad mutua, la amistad y el respeto.

Pero no siempre somos susceptibles de lograr estás a la convivencia y crecimiento mutuo, en sociedades bastante desintegradas heterogéneas, combinadas a un fuerte aparato estatal, le dan un porcentaje de la población los motivos suficientes para sentirse discriminados y apartados de tal progreso, no obstante la sociedad peruana está lejos de la transición espontánea y decretada biológicamente de convertirnos en seres tribales a individuos libres, de ser hermanos de clanes a ciudadanos y vecinos unidos por una ley en común. Esto solamente sido posible gracias a una unión masiva de personas, esto es la polis o ciudad, la cual no solamente implica tener un mayor número de personas, sino que además permite soluciones razonables sensibles a la información poseída por cada uno de los individuos y que son el cimiento del desarrollo.

En esta parte Scruton se refiere a Burke, quien hace algunos siglos argumentaba que el desarrollo social se llevaba a cabo mediante razonamiento que evolucionaba desde la experiencia acumulada de las generaciones pasadas, por lo que sí tenemos que entender al Perú llegamos a la conclusión de que éste debe consolidarse en base a las vivencias pasadas, el presente y también el futuro, involucra a todas las personas que han vivido, viven y vivirán en nuestro país; de tal desorden y fallas del sistema llamado “estado democrático y constitucional de derecho”, es donde debemos de apostar por una nueva forma de organización, donde la ley descubierta (derecho natural) reemplaza a órdenes banales, donde la negociación reemplaza a la violencia o dominación y donde el libre mercado en intercambio reemplaza a la distribución y planificación centralizada.

Alejandro Arestegui
20 de abril del 2023

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