Dante Bobadilla

Crisis de opinólogos

Crisis de opinólogos
Dante Bobadilla
07 de abril del 2016

"No hay análisis, solo poses"

Es obvio que la inteligencia está en crisis cuando escuchas la misma letanía en boca de todos. Hurgar en los diarios ya es inútil. Parece que una dictadura les alcanzara su libreto oficial todos los días. Ya no hay análisis, solo poses. El típico progresista se limita a defender la marcha anti Keiko porque “marchar es un derecho” y condena el golpe de Fujimori porque “interrumpió la democracia”. Más allá de eso, nada. Y lo que es peor: nadie exige más. Basta con ser un cursi defensor de los derechos y de la democracia. Detrás de esa pose angelical, solo hay un cerebro que semeja un páramo desierto donde ni el cactus florece. Ante el golpe de Fujimori se han limitado a rasgarse las vestiduras y cortarse las venas por la democracia, acabando en una competencia de llantos a moco tendido por lo que llaman una grave ruptura constitucional. Luego sonríen para la foto y listo. Falta papel para añadir las firmas de la larga lista de beatos que quieren sumarse al comunicado caviar que condena el golpe de Fujimori.

¿Cómo fue que el progresismo tomó el poder de los medios? Estamos ante la decadencia más patética del pensamiento y hasta del humor gráfico en la prensa. ¿Cómo es posible que llamen “acto democrático” a una marcha fascista que promueve el odio hacia una candidata y hacia toda una colectividad? He escuchado las más ridículas frases, como que las calles son “los escenarios de la democracia”. Las calles pueden ser excelentes lugares para luchas democráticas cuando hay que  enfrentar a una dictadura. Pero en democracia y pleno funcionamiento de instituciones, las calles solo sirven para corsos de carnaval. Y nada más que eso fue la marcha infantil anti Keiko, alimentada por una izquierda totalitaria, intolerante y rencorosa, cuyo principal objetivo doctrinario es atizar los odios en la sociedad. Pero claro, esto no lo dirá nadie. Todos se llenan la boca con la relamida y barata frase: “el legitimo derecho a manifestarse”.

Si no les gusta Keiko, pueden votar por otra candidata y dejar de sufrir. Si tienen algo contra la candidata Keiko, pueden presentar su tacha ante el JNE. Así funciona la democracia, no con marchas alentando el odio contra un segmento social y político. En otras épocas se hicieron marchas iguales contra los judíos y hubo idiotas que lo llamaron “parte de la democracia”. Hoy los opinólogos se limitan a glorificar tótems sagrados. Andan preocupados por posar para ser vistos como correctos, y para que los tomen por inteligentes repitiendo frases que hasta el más idiota aplaudiría. Nadie ha hecho un análisis del golpe del 5 de abril del 92 ni ha tratado de explicarlo a partir de las condiciones históricas. Se limitan a lloriquear por la sacrosanta democracia interrumpida, como si la gente comiera democracia. ¿Cómo podemos culpar a los jóvenes de su ignorancia si no tienen más que a estos referentes en el periodismo? Todo lo que han mostrado los medios son tanquetas y soldados cerrando el paso. ¿Dónde quedó el análisis de las relaciones entre el ejecutivo y el legislativo con la dictadura del FREDEMO y el APRA en el Congreso, anulando todas las medidas de emergencia que tomaba Fujimori y conspirando contra él mientras el país se caía a pedazos. ¿Cómo se puede llorar por “instituciones democráticas” cuando el Poder Judicial liberaba al 85% de terroristas y narcotraficantes, cuando el terrorismo era dueño de las universidades y las cárceles y Sendero Luminoso se paseaba por las calles de Lima? Es increíble el grado de estupidez al que se puede llegar por defender dogmas y posar como buenos chicos.

En toda la cucufatería progresista mediática no se oye una sola palabra por la reconciliación nacional porque nadie se atreve a denunciar el odio malsano de la izquierda contra el fujimorismo. Los progres pueden ser contemplativos con los “luchadores sociales” de Sendero Luminoso, como hace la CVR y media caviarada, pero no quieren siquiera dar pie a sospechas de simpatía por ninguna versión del fujimorismo. Les parece heroico llenarse la boca con severas condenas al fujimorismo, repitiendo incluso barbaridades supremas como “Keiko es igual que su padre”. Ya ni siquiera importa lo absurdo de lo que digan ni el grado de bajeza al que puedan llegar. Basta condenar airadamente al fujimorismo para que cualquier orate pase por inteligente y políticamente correcto. Hace rato que este país merece un cambio.

 
Dante Bobadilla
07 de abril del 2016

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