LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Gabinete entrampado por sus alas
A recuperar la coherencia económica
La campaña que desarrolla el ministro Christian Sánchez en contra de la ampliación de la vigencia de la Ley de Promoción Agraria, no obstante que el Ejecutivo ha solicitado que el Congreso le delegue facultades para legislar en ese sentido, revela que el primer Gabinete del presidente Vizcarra —o Gabinete Villanueva— está entrampado por la existencia de un grupo de ministros proinversión y otro anti inversión.
Si el ministro Sánchez fuese un sindicalista de la CGTP, la cosa se entendería, pero pretender derribar la única norma que ha funcionado en cuanto a legislación laboral expresa el peligroso nivel de ideologización del titular de Trabajo.Peligroso porque el mencionado funcionario no pretende esconder su vocación anticapitalista.
Algo parecido sucedió con el intento de enfrentar al Ejecutivo y el Legislativo, que realizaron la ministra de Salud, Silvia Pessah, y la titular del Midis, Liliana La Rosa, alrededor del tema de los octógonos prohibitivos y el sistema de semáforos para el etiquetado de los alimentos industriales. Ambas titulares defendieron con uñas y dientes los octógonos prohibitivos que la izquierda pretende implementar para ahogar a la industria alimentaria con el cuento de la obesidad y el azúcar, en un país donde el 43.6% de la niñez padece anemia.
Ha trascendido que tanto Sánchez como Pessah y La Rosa habrían amenazado a César Villanueva, presidente del Consejo de Ministros (PCM), con renunciar si es que no se aprobaban sus iniciativas anticapitalistas. El titular de Trabajo, por su lado, no se quedó en el amague de la renuncia, sino que ha decidido jugar con rudeza, lanzando una campaña contra de la Ley de Promoción Agraria a través del diario La República.
Bajo estas consideraciones, es hora de preguntarse si el Ejecutivo ya no está entrampado por este choque de alas alrededor de las mencionadas iniciativas anticapitalistas y muchas otras más, en un momento en que relanzar el crecimiento significa relanzar la inversión privada.
Si el PCM Villanueva apostó a mezclar el día y la noche en cuanto a economía e inversión, como una manera de equilibrar la brutal ofensiva que iba a desarrollar el establishment nadinista luego de la renuncia de PPK, es hora de revaluar. No hay ofensiva porque ese establishment solo lucha por preservar los privilegios que la publicidad estatal le otorga. Y de otro lado, en el Congreso existe una amplia mayoría que parece dispuesta, más allá de los gestos para las tribunas, a firmar un cheque que si no es “en blanco” es algo muy parecido. Apoyo total.
Si Vizcarra y Villanueva no entienden que no pueden convivir con ministros que suelen renunciar cuando no implementan sus propuestas ideologizadas, entonces los años de ambos en la gestión de sus respectivas regiones no han dejado el nervio entrenado para la gran política. Continuar mezclando agua y aceite, en momentos en que el Perú puede volver a adquirir velocidad crucero, es malgastar la circunstancia especial: en los últimos 17 años nunca hubo una mayoría tan aplastante (entre fuerzapopularistas y otros) en el Congreso decidida a jugarse por el Ejecutivo.
Si las alas siguen entrampando al Ejecutivo, el Gobierno de Vizcarra podría volver a padecer del soroche y los espasmos de la administración PPK: llegó a creer que se podía gobernar sin el Congreso, pero con el apoyo del establishment y una coalición mediática.
Las guerritas de algunos medios contra el Legislativo por la ley de publicidad estatal que se viene puede confundir a un Ejecutivo trabado por las disputas ideológicas de sus alas. Muy por el contrario, un Gabinete con coherencia económica solo refuerza la necesidad de un entendimiento Ejecutivo-Legislativo para impulsar urgentes reformas, y ubica a la guerrita de algunos medios como los estertores finales de un establishment que agonizará por falta de subsidio estatal.
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