LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Avanza el colectivismo antisistema
En medio de polarización Ejecutivo - Legislativo
La polarización política entre Ejecutivo y Legislativo que caracterizó al primer año del Gabinete Zavala no solo derribó ministros y un Consejo de Ministros completo, no solo deterioró a extremos la popularidad del presidente Kuczynski, sino que —no obstante su marginalidad en las últimas elecciones nacionales— posibilitó una ofensiva antisistema a nivel parlamentario y social.
El Legislativo y el Ejecutivo fueron emboscados por el Frente Amplio y Marco Arana, que lograron hacer pasar una ley que establece la posibilidad de determinar que una zona por encima de los 3,000 sobre el nivel del mar sea considerada cabecera de cuenca y, por lo tanto, libre de inversiones mineras. El Congreso aprobó una norma que prohíbe usar leche en polvo importada en la elaboración de productos lácteos, y terminó zurrándose en todos los acuerdos comerciales firmados por el Perú. La Superintendencia de Bienes Nacionales continuó con los juicios y órdenes de desalojo en contra de miles de posesionarios y propietarios de las playas del norte del Perú, violando la Constitución y el Código Civil que establecen la posesión como fuente de propiedad.
Y si sumamos todos los proyectos de ley antimercado que se acumulan en las comisiones del Legislativo —quizá a espera de un momento propicio— para una nueva emboscada ideológica, no es exagerado sostener que lo peor que le puede pasar al Perú, luego de la confianza obtenida por el Gabinete Aráoz, es que los sectores extremos en el Ejecutivo y el Legislativo logren imponer sus lógicas contra los acuerdos y convergencias.
En el Gobierno la izquierda del Gabinete, que suele buscar las tensiones, goza de un aliado: la impericia política del jefe de Estado, que explica el absurdo enfrentamiento con una comisión parlamentaria. En este contexto, los sectores proconvergencia del Gabinete Aráoz deberían explicar al presidente Kuczynski por qué ha trepado nuevo puntos en un mes: el cambio del errático Gabinete Zavala y la sensación de convergencias y entendimientos que desató el nombramiento de Mercedes Aráoz como presidenta del Consejo de Ministros.
Pero la polarización que alientan los extremos en el pepekausismo y el fujimorismo no solo causa un desarme general frente al radicalismo parlamentario, sino, sobre todo, posibilita una ofensiva social antisistema. ¿Cuánto tiene que ver las batallas alrededor de “la reforma educativa Saavedra” con la pasada huelga magisterial?
La polarización Ejecutivo versus Legislativo “limeñiza” de tal manera la agenda y concede un protagonismo injustificado a una coalición mediática antifujimorista (funcional a las estrategias de la izquierda caviar) que el Perú olvida, por ejemplo, que el Corredor Minero del Sur, que reúne a las principales minas del sur del país, está bajo ataque permanente de los sectores antimineros. Esta polarización lleva a ignorar la masiva organización de “rondas campesinas” en esa zona, que impulsan los radicalismos para perfeccionar la estrategias que buscan estrangular a la minería.
La polarización entre pepekausas y fujimoristas, entonces, ya no es asunto que solo convoca las primeras planas de los diarios antifujimoristas. En realidad, semejante confrontación está desorganizando los activos del país y, en la práctica, está creando un escenario a favor de la aventura en el 2021.
Víctor Andrés Ponce
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