LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Apuntes sobre el mensaje de PPK
Acercamientos entre Ejecutivo y Legislativo
Una de las principales críticas de la oposición al primer mensaje presidencial de PPK fue que faltaron propuestas y cifras. Los objetivos planteados hacia el 2021 son demasiado generales, era el comentario extendido. Considerando la actual crisis de seguridad ciudadana, quizá exista algo de razón en esas observaciones. Es más, cualquiera podría señalar que PPK formuló más anuncios en los últimos tres días antes del mensaje. Por ejemplo, informó de conversaciones con Anglo American para relanzar los proyectos mineros de Quellaveco y La Granja, habló de la necesidad de tener los mismos estándares ambientales que Canadá y señaló que viajaba a China a plantear su propuesta de refinería de metales.
Sin embargo, considerando que se trataba de su primer acto de Estado, PPK apuntó de manera acertada a intentar resolver el gran problema de su administración: la organización de la gobernabilidad con la mayoría fujimorista. Al inicio de su mensaje, PPK habló de la unidad nacional hacia el 2021, del fin de los enfrentamientos. Con esa voluntad, desde el saque, el presidente colocaba a su gobierno por encima de la polarización y la judicialización del rival, que se fomentó durante el nacionalismo. En otras palabras, sin empezar a gobernar ya está varios escalones por encima del humalismo.
Pero eso no es todo. En diversos pasajes del discurso el jefe de Estado se refirió al Legislativo como la expresión de la pluralidad democrática, como “el Congreso emblemático de la democracia”. PPK enviaba ramos de rosas a la mayoría legislativa, no obstante que los representantes naranjas no se atrevían a aplaudir el gesto. De una u otra manera, luego del mensaje presidencial quedó la sensación de que las cabezas del Ejecutivo y el Legislativo habían extendido los puentes y las alfombras para iniciar los caminos de la colaboración y las convergencias. Un día antes Luz Salgado, la nueva presidenta del Legislativo, también había enviado un ramo de flores a la Casa de Pizarro, negando cualquier posibilidad de obstruccionismo en el Congreso.
Si analizamos el mensaje presidencial desde los objetivos de la gobernabilidad se puede sostener que PPK hizo lo que debía hacer. Quizá por su naturaleza y trayectoria, PPK no estaba llamado a proponer audacias para construir la gobernabilidad. Si su experiencia vital hubiese estado vinculada al quehacer político, a lo mejor este mensaje habría sido el momento de grandes anuncios, para sorprender y atraer a la mayoría legislativa. No hubo nada de eso, pero se hizo lo necesario.
Otro de los hechos que merece destacarse en el mensaje es que PPK ha ratificado cuál será su estilo al gobernar. El jefe de Estado será el jefe de Estado y el presidente del Consejo de Ministros será un verdadero jefe de gobierno, investido de autoridad y poder. Luego del mensaje las preguntas sobre los diversos sectores florecieron, porque PPK había sido demasiado general en el discurso. De alguna manera todos comenzaron a esperar la presentación del Gabinete Zavala para conocer detalles, metas y cifras.
En todo caso, es una buena noticia para el funcionamiento de las instituciones, luego de cinco años de injerencia de Nadine Heredia en las funciones ministeriales. Sin embargo hay cosas que PPK no podrá evitar y que lo obligarán a entrar en el candelero. El liderazgo de la política de seguridad ciudadana o la propia lucha contra la informalidad, requieren la voluntad concentrada del Estado, la voluntad de la cabeza del Estado. De la lo contrario, la crisis y los fracasos, aumentarán la dispersión entre ministros e instituciones.
Víctor Andrés Ponce
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