Si el modelo continúa es por la ola opositora

Luego de la confianza obtenida por el Gabinete Bellido el país vuelve a escribir un nuevo capítulo de la polarización que se desató en la segunda vuelta, y que se confirmó con el mensaje de Fiestas Patrias y la designación del Gabinete Bellido. La confrontación entre peruanos solo tiene un origen: el anuncio de Castillo de convocar a una asamblea constituyente y el plan de Perú Libre para crear una “república plurinacional con equidad de género”.

Sin embargo, luego de la presentación del Gabinete Bellido, un sector del país –representado por Acción Popular (AP) y Alianza para el Progreso (APP), que definió la confianza al Gabinete– considera que la administración Castillo se ha desplazado hacia el centro. Este razonamiento se fundamenta en que Guido Bellido, presidente del Consejo de Ministros(PCM), leyó un mensaje ante el Congreso en el que no se cuestionaba las grandes vigas del modelo ni colisionaba con la Constitución.

Gravísimo y delicado error de análisis de AP y APP. A nuestro entender la única confirmación de que la administración Castillo se desplaza hacia el centro será cuando en el Ejecutivo se archive el proyecto de convocar a una constituyente, se cambie el Gabinete Bellido (retirando a los ministros que representan al comunismo más ortodoxo), se descarte el plan de gobierno de Perú Libre y se acepte la vigencia plena de la Constitución.

Cualquier retroceso o desplazamiento de la administración Castillo al margen de estas decisiones trascendentales, a nuestro entender, debería ser entendido cómo la tradicional flexibilidad táctica de las corrientes comunistas. Los estrategas del Ejecutivo, al parecer, han llegado a la conclusión de que adelantar la agenda –tal como se venía haciendo– ha levantado una ola opositora anticomunista en las calles, una ola nunca vista en América Latina, y ha organizado una convergencia mayoritaria en defensa de la institucionalidad en el Congreso. Si el Ejecutivo sigue en ese camino, entonces, el desenlace es una derrota segura, parece ser una de las razones del viraje de la administración Castillo.

Una de las conclusiones acerca de la presentación del Gabinete ante el Congreso, entonces, es que los objetivos gubernamentales planteados no colisionan con el modelo económico y la Constitución, más allá de los anuncios acerca de que el Estado participará en todas las fases de producción del petróleo, gas y energía –incluso en labores de exploración– y de las decenas de programas sociales populistas planteados por el Ejecutivo que pueden reventar la caja fiscal. Ese tipo de conclusión es válida no obstante también que Bellido nunca mencionó la enorme trascendencia de la inversión privada en el crecimiento y la reducción de pobreza.

¿Cómo entender el viraje del Ejecutivo? La administración Castillo, aparentemente, ha decidido aceptar las políticas de Estado –que se han aplicado en las últimas décadas– en la minería, en las agroexportaciones, en la pesquería, en el turismo, en las relaciones internacionales y en el comercio exterior, por una sola razón: por la ola opositora que se ha levantado en contra de la convocatoria de una asamblea constituyente y el programa de Perú Libre. En otras palabras, si se sigue respetando la Constitución en el Perú solo se explica por la resistencia de la oposición.

No hay otra razón. Un día antes de la presentación del Gabinete, el Ejecutivo reorganizó el sistema penitenciario, y hoy existe la posibilidad de que se traslade a Abimael Guzmán y parte del mando senderista a un penal con otro régimen carcelario. Este hecho sumado al reconocimiento de la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación (Fenate), nos indican que las condiciones carcelarias y las influencias en la educación que favorecieron al maoísmo en los ochenta están por regresar. ¿Qué viraje al centro entonces?

Las cosas entonces están claras: el Ejecutivo retrocede por la firmeza de la oposición que ha logrado convergencias importantes en el Congreso y ha convocado las movilizaciones más masivas de las últimas décadas. De la unidad, firmeza y organización de la oposición, pues, depende el futuro de la libertad.