Editorial Política

Que se queden, pero ¡haciendo reformas!

Las encrucijadas del Ejecutivo y el Legislativo de cara al 2026

Que se queden, pero ¡haciendo reformas!
  • 19 de mayo del 2023


Luego del golpe fallido de Pedro Castillo y el fracaso de las olas insurreccionales contra el Estado de Derecho, el sistema constitucional parece afirmarse y, no obstante la desaprobación en las encuestas, todo indica que los actuales Ejecutivo y Legislativo se mantendrán hasta el final del periodo constitucional del 2026. A nuestro entender, una buena noticia considerando la inestabilidad política que se instauró desde las elecciones nacionales del 2016.

Sin embargo, en medio de los escándalos y denuncias de algunos congresistas, en medio de las denuncias de corrupción que salpican a los poderes del Estado, el Ejecutivo y el Congreso tienen que justificar su permanencia en el poder. De lo contrario, todo asemejará a una simple estrategia para mantener la curul y el cargo, de espaldas a los intereses nacionales del país.

¿Cuál es la manera de justificar la permanencia del Ejecutivo y el Legislativo? Creemos que ambos poderes del Estado deben romper con la polarización política que afectó al Ejecutivo y el Legislativo, envileció el espacio público y judicializó la política hasta encumbrar a Pedro Castillo en el poder, desatando una de las mayores tragedias de la historia nacional. Pero ¿cómo se quiebra esa continuidad desorganizadora? Desarrollando cambios y reformas que organicen la posibilidad de un nuevo Estado, de un nuevo sistema político y social.

El Perú necesita con urgencia reconstruir su sistema político, que fue destruido con el referendo político promovido por Martín Vizcarra y que, sobre todo, se expresa en la negativa a instalar un Senado y la prohibición de la reelección de los parlamentarios. En ese sentido, cuesta creer que quienes apoyaron el referendo que prohibió la reelección, hoy se indignen por la baja calidad del actual Legislativo. ¿Qué imaginaron como resultado? Si avanzamos en ese programa mínimo de reforma política, el Congreso habrá justificado su permanencia.

Por otro lado, necesitamos relanzar el modelo económico para volver a crecer a tasas altas y tornar a reducir la pobreza. La lentificación del crecimiento –por la propaganda de Castillo a favor de la constituyente, las sobrerregulaciones de los procedimientos estatales y el proceso de regionalización– ha detenido el crecimiento. Hoy el Perú crece a tasas menores a 3% y la pobreza se ubica sobre el 27.5% de la población, con más de nueve millones de peruanos padeciendo este flagelo. Necesitamos, pues, simplificar los procedimientos en el Estado, necesitamos reformar la regionalización para que la riqueza nacional que crean las empresas y los privados se transformen en carreteras, escuelas, postas médicas y agua potable y alcantarillado para las poblaciones excluidas.

Igualmente, el Ejecutivo y el Legislativo tienen la responsabilidad de sentar las bases de una reforma de la educación y una reforma del sistema de salud. Es imposible imaginar el futuro del Perú de cara a las revoluciones tecnológicas del planeta si la educación sigue tensada entre la estrategia marxista maoísta y la propuesta progresista del género en el control de la escuela pública. Ambas propuestas de la izquierda subvaloran el papel de la meritocracia, el protagonismo de los padres de familia, y la sociedad en el futuro de las nuevas generaciones. Ambas propuestas confían largamente en la genialidad de una burocracia antes que en el amor y la dedicación de la sociedad y de los padres de familia.

Al lado de las reformas de la educación y la salud, el Perú necesita una nueva legislación laboral basada en la flexibilidad de los contratos; es decir, basada en la realidad de los mercados emergentes y populares en todo el país. Finalmente, si el Perú no relanza las inversiones en infraestructuras a través del sistema de obras por impuestos y las asociaciones público privadas, los retrasos en carreteras, puertos, aeropuertos, conectividad digital y otros, simplemente impedirán cualquier posibilidad de crecer a tasas altas y reducir la pobreza.

En otras palabras, si el Ejecutivo y el Congreso pretenden quedarse, pues, que se queden para hacer reformas.

  • 19 de mayo del 2023

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