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A pocos días de la elección de la nueva mesa directiva del Congreso todas las corrientes democráticas del país que pretenden defender la Constitución y afirmar las instituciones deben entender algo incuestionable: que la única manera de superar la destrucción nacional que ha desatado el Gobierno de Pedro Castillo, dentro de los marcos constitucionales, pasa por el Congreso. No se ha inventado otra manera de superar el terrible yerro, la enorme frivolidad de haber elegido, a sabiendas, al peor candidato de nuestra historia republicana. En la campaña electoral pasada quedó en evidencia que Castillo era el menos preparado para el cargo, sin embargo, fue elegido.
En ese sentido los peruanos de buena voluntad debemos rechazar las propuestas de una convocatoria de una asamblea constituyente de Perú Libre y de un adelanto general de elecciones, más allá de la vacancia o la inhabilitación constitucional del jefe de Estado, porque ambas iniciativas no están contempladas en la Constitución. Y porque ignoran el papel del Congreso, de las instituciones, y porque solo pueden ser implementadas por “un golpe de masas” que someta las instituciones republicanas. Cualquier movilización ciudadana debe ser para defender la Constitución. No para promover salidas al margen de la Carta Política.
En este contexto, una primera responsabilidad de la oposición democrática al proyecto de la asamblea constituyente del colectivismo es garantizar una amplia convergencia de las bancadas para elegir la próxima junta directiva del Congreso. El objetivo debe ser evitar a cualquier costo que el Congreso sea dirigido por fuerzas a favor de la constituyente.
En ese sentido, las bancadas parlamentarias deberían entender que no se está eligiendo una junta directiva del Congreso más, sino una conformada por congresistas capaces de encabezar y representar un proceso de transición política –desde el Ejecutivo y el Congreso– ante la destrucción nacional que causa el Gobierno de Castillo. Ese es el único sentido de la convergencia política planteada.
Si las cosas son así, las bancadas deberían discutir qué significa iniciar una transición política ante el eventual relevo del actual Ejecutivo (Presidente y Vicepresidente). ¿Qué reformas constitucionales deben plasmarse antes de convocar a nuevas elecciones? ¿Cómo debería expresarse una amplia coalición de centro derechas y centro izquierdas en la conformación de un gabinete de unidad nacional que conduzca la transición? De alguna manera, en la respuesta a estas interrogantes se juega el futuro de las libertades en el Perú.
Por otro lado, la oposición debe entender que si no se salva el crecimiento y el proceso de reducción de pobreza –hoy herido de gravedad por los anuncios de la constituyente y las nacionalizaciones–, incuestionablemente la situación económica y social tenderá a favorecer o un estado de anarquía o una salida autoritaria, en donde no se puede descartar la constituyente.
El crecimiento económico, el proceso de reducción de pobreza (de 60% de la población a 20% antes de la pandemia) y la ampliación de las clases medias han sido los factores de estabilidad en dos décadas de democracia. no obstante la crisis política recurrente. Hoy el frenazo de la economía y las nulas posibilidades de reducir pobreza con un crecimiento de menos 4% del PBI debería notificar a los sectores opositores sobre la necesidad de salvar el modelo económico.
¿Sin el apoyo del Ejecutivo se puede salvar el modelo? El Gobierno no ha podido implementar la constituyente ni cambiar el modelo económico. no obstante que los anuncios de la constituyente y las nacionalizaciones destruyen la posibilidad de nuevas inversiones. En este contexto, el Congreso puede aprobar leyes y asumir decisiones a favor de la inversión privada y el modelo: derogar la ley que prohíbe la tercerización laboral, restablecer la plena vigencia de la Ley de Promoción Agraria y promover la recuperación de la autoridad democrática en las zonas mineras. Hay muchas medidas que se pueden asumir en ese sentido.
Si la oposición entiende que sus principales responsabilidades están en iniciar la transición política y salvar el modelo, el Perú se habrá librado de un gobierno colectivista que llegó al poder prometiendo una constituyente y que hoy destroza todo lo avanzado.
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