La censura del ministro de Energía y Minas, Rómu...
El Gobierno Regional de Apurímac acaba de emitir un pronunciamiento categórico en contra del municipio distrital de Velille –provincia de Chumbivilcas, en la región Cusco–, que pretende pertenecer al área de influencia directa de la mina Las Bambas, a pesar de estar emplazada en una región diferente a aquella en la que se desarrolla la mencionada operación minera.
La pretensión del distrito de Velille viola la Constitución, las leyes nacionales y el respeto a los contratos porque, de acuerdo a la normatividad nacional, los recursos provenientes del canon (el 50% del impuesto a la renta que paga la minera) y las regalías solo le pertenecen a los gobiernos subnacionales y universidades de la región productora; en este caso, Apurímac. Lo más grave de todo es que, según el comunicado del Gobierno Regional de Apurímac, las pretensiones de la municipalidad de Velille y del Comité para el Desarrollo Sostenible de Velille están siendo alentadas por el Gobierno central y los sectores antimineros del Ejecutivo.
Por otro lado, la Cámara de Comercio e Industrias de Apurímac emitió un pronunciamiento en el mismo sentido que el Gobierno Regional, en el que se alerta que la crisis del llamado Corredor Vial del Sur y de Las Bambas, al parecer, no tiene solución.
¿Qué significa que el municipio de Velille del Cusco, emplazado a más de 200 kilómetros de Las Bambas, exija formar parte del área de influencia directa de la mina? Significa que el Estado de derecho ya no existe en Apurímac y que cualquier distrito o comunidad del Cusco podría reclamar formar parte del área de influencia de la mina.
La demanda de Velille se produce luego de que los bloqueos en el Corredor Vial del Sur (Apurímac, Cusco y Arequipa) han sumado más de 540 días de interrupciones de los envíos de mineral al puerto de Matarani, desde que Las Bambas iniciara las operaciones mineras. Semejante situación, en gran parte, explica que las proyecciones de producción anual de 400,000 toneladas métricas de cobre (TMC) de Las Bambas se reduzcan a menos de 240,000 TMC. Un crimen social contra los pobres de la región.
Igualmente, la absurda e inconstitucional demanda se produce luego de que, un año atrás, el expresidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido, apoyará las exigencias de las poblaciones de Chumbivilcas de pertenecer al área de influencia directa, no obstante que estos poblados se emplazan a más de 200 kilómetros de la operación minera.
A nuestro entender, en Las Bambas se combinan todos las estrategias de las minorías radicales, desde simples intereses extorsivos rentistas hasta el proyecto bolivariano de nacionalización del cobre, con el objeto de quebrar el Estado de derecho, disolver la autoridad del Estado democrático, e imponer la anarquía generalizada. Y, a estas alturas, es incuestionable que un sector del Ejecutivo también participa en esa estrategia.
Si el objetivo de la destrucción del Estado de derecho y el imperio de minorías radicales y violentistas se impone en Las Bambas, de una u otra manera, se habrá acabado la minería moderna en el Perú. ¿Por qué? Si esa estrategia triunfa en una de las diez minas de cobre más grande del planeta, entonces las oleadas de minorías radicales –que asaltan campamentos mineros para desarrollar minería ilegal, desconocen contratos de ventas de propiedades y pretenden cuestionar todo el sistema de propiedad de la minería– se multiplicarán al infinito. El Perú habrá ingresado a una etapa parecida a la toma de tierras en los años sesenta, previos a la expropiación de los latifundios por el velascato.
Por todas estas consideraciones, las mayorías nacionales, la mayoría de apurimeños y la oposición política deben defender con uñas y dientes a Las Bambas, una mina que representa el 1% del PBI, el 9% del PBI minero y más del 75% de los ingresos de Apurímac.
Si el Perú no defiende el Estado de derecho, finalmente se quebrará por completo y todos contemplaremos absortos cómo se producen enfrentamientos entre los ciudadanos de Apurímac y los de Velille y Chumbivilcas alrededor de Las Bambas. Una de las mayores expresiones del desgobierno nacional de Castillo.
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