¡Gamarra en caída libre!

Delincuencia y mafias se apoderan de emporio comercial

Más de 400,000 personas visitan frecuentan diariamente el emporio comercial de Gamarra. Este lugar es uno de los más emblemáticos y frecuentados de Lima, y forma parte de nuestra cotidianidad por ser el área comercial donde se puede adquirir todo tipo de prendas de vestir —en su mayoría producción nacional— y material textil de alta calidad. No por nada en Gamarra se transan más de US$ 2,000 millones al año. No obstante, la delincuencia en la zona se está volviendo incontrolable y comienza a amenazar la viabilidad del mencionado emporio comercial. Asaltos, robos e informalidad se convierten en pan de cada día. Pensar que hasta el 2010, el pequeño y mediano empresario textil de la zona tenía índices de crecimiento casi insuperables.

El 2017 tuvo un inicio terrible para Gamarra. En enero, la agencia del banco Scotiabank del emporio comercial —ubicada en la avenida Isabel La Católica— fue asaltada por cinco delincuentes. La policía llegó tarde a la escena y los malhechores escaparon. En el presente mes, en junio, unos ladrones vestidos como efectivos de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) robaron una de las galerías en horas de la noche. Escaparon como Pedro en su casa por la nula presencia policial en la zona. Los asaltos y robos menores no solo ponen en vilo a los compradores que asisten al emporio, sino también a los cerca de 22,000 empresarios y trabajadores de Gamarra.

De ese total 4,500 son productores, 12,000 son distribuidores y vendedores, y los 5,500 restantes desarrollan servicios a través de restaurantes o textiles. Se debe señalar que esa cantidad de empresarios y trabajadores solo representa el 70% en comparación a los que existían en  el 2010.

En Gamarra no solo hay nulo resguardo policial, sino que han comenzado a proliferar diversos tipos de mafias: desde aquellas relacionadas con los sindicatos de construcción civil hasta aquellas otras que hacen cobro de cupos a los informales, por utilizar las veredas y calzadas del emporio comercial. Diversas versiones periodísticas vinculan estas mafias, que lotizan los espacios públicos para “arrendar” a los informales, con sectores de la gestión edil de La Victoria. Con una cuota inicial de S/ 10,000 y una mensualidad, cualquier persona puede instalar su puesto ambulatorio generando un comercio informal que afecta sobremanera a los empresarios formales (aquellos que pagan sus impuestos) y que aleja a los clientes de la zona. Semejantes mafias, de una u otra manera, han logrado cerrar alrededor de 20,000 negocios en Gamarra.

Otro de los grandes problemas es el abandono del Estado y del Ministerio del Interior con respecto al emporio comercial de Gamarra. Esto ha generado el ya mencionado sistema de cupos, así como extorsiones y asesinatos (ya han sucedido algunos) que será sumamente complicado erradicar en el futuro. En el sector Interior se anuncia que se desbaratan bandas en el norte, mientras que se permite que una sociedad criminal se extienda en Gamarra por falta de prevención.

Todo esto es lamentable y trágico para un emporio comercial que tiene enormes potencialidades para despegar. La policía debe volver a las calles de Gamarra, y la informalidad debe ser erradicada para evitar que el emporio se convierta en una tierra de nadie. Algunos señalan que Gamarra resistirá: soportó el proteccionismo de los ochenta, se potenció con las desregulaciones de los noventa y ahora enfrenta una ola criminal sin precedentes. Sin embargo no vale jugar con fuego. Podría ser que Gamarra no resista más el far west en que se convierte ante el abandono estatal.

Fotografía: Christian Quispe